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Muchos analistas creen que ahora la pelota está en el tejado de Washington

En 15 días...

En los últimos días, muchos ‘cubanólogos’ avezados se han hecho la pregunta del millón, a saber: ¿quién es el principal beneficiario de la condonación del 90% la deuda bilateral que Cuba mantenía con Rusia, regalada por Moscú a La Habana como anticipo del viaje de Putin a la Isla. En los últimos días, muchos ‘cubanólogos’ avezados se han hecho la pregunta del millón, a saber: ¿quién es el principal beneficiario de la condonación del 90% la deuda bilateral que Cuba mantenía con Rusia, regalada por Moscú a La Habana como anticipo del viaje de Putin a la Isla. Estos analistas, algo baqueteados ya, dan por hecho que los rusos sabían desde hace años que sus posibilidades de cobrar la totalidad de esos adeudos era más bien remota. Tampoco, por lo que se sabe, se han producido grandes movimientos tras este acuerdo, en el pequeño mercado de la deuda cubana en ‘default’ que sí suele experimentar subidas de precio cuando se atisban posibles acuerdos de reestructuración o acercamientos al Club de París.

De modo que el esquema que ha adoptado el acuerdo, con ese dinero que deben abonar los cubanos en diez años para realizar proyectos conjuntos en la Isla, suena más a un trueque de deuda por activos, de los que, en algún momento, estudió realizar el Gobierno cubano en la década de los noventa del pasado siglo, cuando el batacazo económico de la URSS le obligó a ensayar una tímida apertura que desmontó en cuanto le fue posible.

Así que a falta de saber, en realidad, cuáles son esos activos que han resultado interesantes para los propios rusos las primeras impresiones apuestan por la biotecnología y el petróleo, dos sectores por los que se habían interesado ya. También parece que, con menos entusiasmo, Putin y los suyos se avienen a participar en la construcción de un aeropuerto de carga en Mariel.

Muchos analistas creen ahora que la pelota está en el tejado de Washington, con un Obama cada vez más ‘sensible‘ a las presiones de un núcleo bipartidista de interesados, algunos conocidos republicanos que lideraron el frente favorable al embargo con Bush en la presidencia de la Casa Blanca, que quieren que el líder demócrata actúe ya y use todos sus poderes, incluso al margen del Congreso y el Senado, para ‘ablandar el embargo‘. Temen quedarse fuera del negocio que, están convencidos, va a suponer Cuba en cuanto la transición económica en curso esté completa. Y da la impresión que a este grupo le preocupa cada vez menos que esa apertura vaya acompañada de cambios políticos. Lo que quizá facilite las cosas.

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