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La otra esquina del paraíso tropical

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Hablar de lo que ocurrió en el último capítulo de la telenovela es algo muy común entre buena parte de los cubanos, que siguen de lunes a sábado, con el mismo fanatismo que al béisbol, las incidencias de cuanto culebrón pasa por los cinco canales nacionales de la televisión cubana. Hablar de lo que ocurrió en el último capítulo de la telenovela es algo muy común entre buena parte de los cubanos, que siguen de lunes a sábado, con el mismo fanatismo que al béisbol, las incidencias de cuanto culebrón pasa por los cinco canales nacionales de la televisión cubana.

Ahora, Cubavisión anda trasmitiendo ‘Paraíso Tropical’, un producto de la red O Globo, que con una constelación de actores y actrices de primera línea incluso en papeles secundarios, incluye una serie de tramas de desenlace sabido desde el primer día, pero que como su nombre indica, tiene por escenario a un Río de Janeiro donde todo ocurre en la famosa playa de Copacabana, un verdadero paraíso para ricos y turistas, sin que la otra cara de la urbe, la de las fabelas y la violencia, aparezca por parte alguna.

Gancho suficiente para pasar un buen rato ante el televisor y por eso a todo el mundo le gusta y no es nada difícil escuchar, lo mismo a un ama de casa que a un licenciado en cibernética, que “es un paquetón, pero los 40 minutos de cada capítulo se van como agua y a uno le dan ganas de bañarse en esa playa, más con el calor que todavía está haciendo en La Habana”.

Para colmo, los programadores de la parrilla parecen interesados en brindar una sobredosis del producto, pues el culebrón carioca se trasmite de lunes a viernes.

Mucho más discreta, a tono con los escasos recursos de la TV cubana, apareció en las pantallas desde mediados de septiembre una producción de factura nacional, después de un largo receso para las telenovelas del patio durante los meses de julio y agosto, ausencia que no se sabe si se debió a que la telenovela criolla se demoró en la producción, o si prefirieron darle un descanso a los televidentes después de tres maeriales totalmente fallidos que estuvieron a punto de provocar actos de repudio frente a la sede del Instituto Cubano de radio y Televisión.

‘La otra esquina’, que así se llama la telenovela cubana, tiene por escenario cualquier barrio de La Habana, con gente común y corriente en sus problemas cotidianos, sin que falten los ingredientes obligados en este tipo de material, historias de amor y desamor, intrigas, odios y envidias, todo bien sazonado con los problemas que debe enfrentar necesariamente el cubano de hoy.

Competencia con el ‘Paraíso Tropical’ no parece haber, pues se trasmite solo tres días a la semana y en horario diferente, inmediatamente después del noticiero estelar, como para que los espectadores no salgan corriendo a entretenerse en otra cosa.

Sin embargo, para sorpresa de muchos y a pesar de los prejuicios, ‘La otra esquina’ parece haber enganchado a los extremadamente críticos teleespectadores cubanos, que si le aplauden a O Globo regodearse en un dudoso paraíso, no le perdonan a los productos nacionales que se aparten ni un centímetro de lo que bien pudiera calificarse como el más rancio realismo socialista.

Por eso no es de extrañar que a diferencia de sus predecesoras, los televidentes aprecien en ella que “las cosas que pasan son reales y la gente vive en casas como cualquiera de nosotros, haciendo colas para comprar pan, o buscando la manera de luchar para buscarse unos pesos” como asegura Eneida, un telenovelera empedernida, que aplaude también las buenas actuaciones e incluso ya tararea, mientras hace las tareas domésticas, los temas de la banda sonora, que también han pegado en el público.

Si ‘La otra esquina’ saca la cara por la producción nacional con sus 80 capítulos de media hora, aún no se puede asegurar, pero por lo menos vale la opinión de Eneida: “vamos a ver en qué para esto y si no se echa a perder al final, pero por ahora, va bien”.

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