El propio Raúl Castro animó el debate sobre las reformas económicas y los técnicos y académicos cubanos recogieron el guante. Sobre todo aquellos a los que se les supone más relación con las estructuras, casi desmanteladas, del viejo Partido Comunista. La mayoría están en el Centro de Estudios de la Economía Cubana, de la Universidad de La Habana, desde donde se ‘dota’ de contenido teórico al proceso de reformas que impulsa Raúl. El propio Raúl Castro animó el debate sobre las reformas económicas y los técnicos y académicos cubanos recogieron el guante. Sobre todo aquellos a los que se les supone más relación con las estructuras, casi desmanteladas, del viejo Partido Comunista. La mayoría están en el Centro de Estudios de la Economía Cubana, de la Universidad de La Habana, desde donde se ‘dota’ de contenido teórico al proceso de reformas que impulsa Raúl.
Uno de los más conocidos, el economista Juan Triana Cordoví, profesor del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de la Habana, ha realizado esta semana unas declaraciones que no desentonarían en absoluto en la boca de un catedrático liberal. Según Triana, “el coste de no reconocer la importancia de la competitividad para el desarrollo se paga con crecimientos económicos menores a los potenciales, asignación incorrecta de recursos, ratios bajos de productividad y eficiencia y la desaparición de los incentivos que animan la innovación”. Ahí es nada.
Ya a principios de este año, el economista ya advirtió en varios de sus discursos que “el sistema socialista debe hacer reformas radicales, reconocer el mercado y darle libertad al sector ‘cuentapropista‘ para que pueda progresar”.
Ya enteriormente, durante una conferencia que sostuvo con altos jefes del MININT en Cuba dijo que “los cubanos necesitan tener libre acceso a Internet en sus hogares y las libertades necesarias para emprender y desarrollarse de manera tal que no tengan que abandonar el país”.
