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El festival de los intereses creados se ha puesto en marcha entre Cuba y EEUU

En 15 días...

Antes y después del jueves 22 de enero y de ese momento histórico en que la secretaria de Estado Adjunta de EEUU para Asuntos Hemisféricos, Rebeca Jacobson, empezó a negociar en La Habana con la directora general del Departamento de Asuntos Estadounidenses de Cuba, Josefina Vidal, el esperado y esperable carnaval formado por el desfile de los lobby continuaba con su amplio despliegue. Antes y después del jueves 22 de enero y de ese momento histórico en que la secretaria de Estado Adjunta de EEUU para Asuntos Hemisféricos, Rebeca Jacobson, empezó a negociar en La Habana con la directora general del Departamento de Asuntos Estadounidenses de Cuba, Josefina Vidal, el esperado y esperable carnaval formado por el desfile de los lobby continuaba con su amplio despliegue. Son protagonistas conocidos y argumentarios muy antiguos, pero, de momento, siguen en uso. Por lo menos de puertas para afuera. Cada colectivo, y los ‘voceros’ que representan sus intereses, salen a la palestra y asoman la cabeza por los medios de comunicación de todo el mundo, para recordarse a sí mismos y a la concurrencia encantada con la leña que arde en esta hoguera de las vanidades que están vivos y bien. Y, de paso, preguntar a quién corresponde, ¿qué hay de lo suyo?

Está los tipos de la industria agroalimentaria, los empresarios de los vuelos charters, los traficantes de cultura, ya vendan música, pintura o escultura. Más los mineros, más las antiguas familias que quieren ser compensadas por las expropiaciones, más los tenedores de deuda, más los cubanoamericanos con dinero y buenas intenciones que quieren invertir en el incipiente sector privado.

También las Ong de uno y otro bando histórico, la oposición interna y externa, los congresistas y senadores yanquis, los articulistas que se han fajado durante años a favor y en contra del embargo y, por supuesto, los empresarios españoles y del resto de los países europeos, los canadienses, los chinos y los venezolanos. Todos pendientes de lo que tienen que decirse Rebeca y Josefina. Aunque ya hay quien da por hecho que todo está más que dicho y lo único que queda es cumplir el calendario previsto. Como siempre el tiempo dirá quién lleva razón. De fondo, los cubanos residentes en la isla asisten escépticos, y quizá algo esperanzados, a la representación. No se puede estar demasiado pendiente de los espectáculos, sean teatrales o diplomáticos, cuando hay que ‘inventar‘ algo cada día para sobrevivir. Es lo que tiene.

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