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Pocas veces los cubanos han sido testigos de tantas medidas sociales en tan poco tiempo

En 15 días...

Hay una pregunta en el aire: ¿Existe alguna razón para que en un espacio de tiempo tan corto se produzcan tantos anuncios de orden social en Cuba? En el plazo de sólo dos meses, hemos asistido a un auténtico festín. Hay una pregunta en el aire: ¿Existe alguna razón para que en un espacio de tiempo tan corto se produzcan tantos anuncios de orden social en Cuba? En el plazo de sólo dos meses, hemos asistido a un auténtico festín. Algo que comenzó con el alimenticio anuncio de la llegada de las ollas arroceras a la Isla y siguió en esta misma línea con los electrodomésticos de tipo “Frankestein”, tal y como fueron descritos por el mismísimo comandante. Además, se ha producido la revalorización del peso, el aumento del salario mínimo y la visualización de la cooperación cubano-venezolana de la que se han encargado sus propios protagonistas principales: Fidel Castro y Hugo Chávez. Y esta relación ha dejado de ser una anécdota. Empieza a tener un serio contenido económico y parece que los ciudadanos de la Isla pueden beneficiarse realmente de los acuerdos. Tampoco se puede dejar de relatar, entre las sorpresas que nos estamos llevando estos día, el aluvión de iniciativas que se han presentado en EEUU: desde el diálogo impulsado por la Iglesia Católica, a la llegada como nuevo líder en las filas pro-embargo de Mel Martínez y a la creación de una nueva asociación empresarial estadounidense que aboga por impulsar el comercio con Cuba y asegura que la política exterior de Washington hacia la Isla les está costando dinero y les hace perder cuota de mercado.

Y eso después de que la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra emitiera un voto negativo sobre Cuba, por primera vez en la historia, gracias a una resolución presentada directamente por los representantes del país norteamericano.

Aquí no podemos dar respuesta al motivo de que se hayan acumulado tantas coincidencias, pero si existe la sensación de que asuntos como las carencias energéticas ya no son un problema para La Habana y de que se están realizando por primera vez en mucho tiempo en la Isla anuncios que llevan aparejados acciones concretas para mejorar la situación de los ciudadanos de Cuba. Tal vez a ellos no les preocupe mucho conocer la respuesta a la acumulación de noticias positivas.

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