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Cesário Melantonio Neto, embajador de Brasil en Cuba

Con permiso... Tres preguntas

Las relaciones cubano-brasileñas experimentan un creciente dinamismo que se expresa en numerosos sectores, particularmente en la agricultura. También, entre otros, con la importante participación de ese país en el financiamiento y puesta en macha de la ZEDM . Para conocer de primera mano detalles de la actualidad y perspectivas de los vínculos entre las dos naciones, Negocios en Cuba entrevistó al embajador de Brasil en la Isla, Cesário Melantonio Neto, quien a la primera pregunta del diálogo, orientada al estado actual de los nexos bilaterales, señala: «Son relaciones muy buenas, en constante ascenso. Aumenta la cooperación en varios sectores, con prioridad para el tema de la seguridad alimentaria». Pregunta.- Un aspecto muy importante lo constituye el programa Más Alimentos, en virtud del cual Brasil otorga a Cuba créditos para la adquisición de alimentos y maquinaria agrícola ¿En qué situación se encuentra la ejecución de este proyecto?

Respuesta.- Tiene tres etapas, la primera terminó en 2014 con satisfactorios resultados para ambos países. Los especialistas de la empresa de maquinaria de Brasil trabajaron con los cubanos y aprendieron mucho porque tuvieron que adaptarse a las condiciones de aquí y ahora están más experimentados, por lo que será más fácil la cooperación en las dos fases restantes. Ahora vamos a iniciar las discusiones de la segunda, mientras que en 2016 se emprenderá la tercera y última. Esperamos que esta cooperación se extienda a otras áreas, enfocada a la elevación de la productividad agrícola. Como se conoce, Cuba destina 2.000 millones de dólares a la importación de alimentos, cifra que con el aumento de la productividad se puede reducir, por eso damos tanta importancia y prioridad a la cooperación.

P.- Brasil es el primer inversionista foráneo en la ZEDM y su participación ha sido clave, tanto desde el punto de vista financiero como en la actividad de empresas de ese país en la ejecución y puesta en marcha de la obra. ¿Qué importancia estima usted tiene ese objetivo económico?

R.- Indudablemente la dimensión del Mariel ha aumentado en beneficio no solo para Cuba, sino para el Caribe, Brasil y la región como centro comercial y de negocios e inversiones. Las empresas brasileñas trabajan en Cuba desde hace 20 años o más, conocen este mercado y no tienen temor a otros competidores. A finales de marzo podrían estar instalándose nuestras primeras grandes compañías. Las menores también miran con interés esa posibilidad. A mediados de año está prevista la visita del presidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), de la que esperan un acuerdo para incrementar el comercio y la inversión. Se trata de una entidad empresarial privada muy importante.

P.- Actualmente más de un centenar de combinadas brasileñas participan en la zafra cubana y asumen cerca del 45% del corte mecanizado de caña. ¿Prevé Brasil nuevos negocios con Cuba en la agroindustria azucarera, en la que ambas naciones tienen experiencias desde hace muchos años?

R.- Existe un proyecto conjunto muy novedoso que empezó en 2014 en el central 5 de Septiembre, en Cienfuegos, para recuperar la producción cañero-azucarera de esa entidad y generar electricidad a partir de la biomasa de esa planta (el bagazo). Es muy prometedor teniendo en cuenta que Cuba se ha propuesto aumentar de tres hasta cinco por ciento en los próximos años la participación de la energía renovable en su matriz total. Antes de concluir el diálogo quiero reiterar el buen estado por el que atraviesan las relaciones bilaterales entre ambos países y afirmo tajantemente que la presidenta Dilma Rousseff mira con mucho interés las relaciones entre los dos países.

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