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La Isla acepta una valoración del volumen de su deuda realizada por un organismo independiente

En 15 días...

Más allá del simbolismo, el saludo y la conversación mantenidos por el presidente de EEUU, Barack Obama, y el mandatario cubano, Raúl Castro, en la pasada Cumbre las Américas de Panamá, tienen, según los cubanólogos más veteranos un significado práctico. Más allá del simbolismo, el saludo y la conversación mantenidos por el presidente de EEUU, Barack Obama, y el mandatario cubano, Raúl Castro, en la pasada Cumbre las Américas de Panamá, tienen, según los cubanólogos más veteranos un significado práctico. Han servido para poner en marcha la segunda parte del proceso que se inauguró en diciembre del pasado año, cuando estos dos políticos dieron inicio a la nueva relación bilateral entre sus dos países. Pero faltan muchas cosas todavía. Lo primero que la promesa, repetida por segunda vez por Obama, de que la Isla va a dejar de formar parte de la lista de países ‘amigos‘ del terrorismo se haga realidad. Sin ese trámite, Wall Street no puede empezar a hacer negocios en la Isla. Y mientras tanto, la financiación internacional y el acceso a los mercados o a los créditos blandos de los organismos prestamistas supranacionales seguirán vetados. Como aún está. Por supuesto que, como ya hemos referido en estas mismas líneas, sin un acuerdo efectivo con el Club de París, que reestructure el pago de la deuda pendiente con los acreedores soberanos, tampoco será posible. Pero ya se mueven muchas cosas en ese campo que, en realidad, es el único que importa de verdad en este momento. Buena prueba de ello son las pistas sobre su solvencia real que la Isla está aportando al mundo a través de fuentes oficiosas, como el ‘bloguero‘ y ex ministro José Luis Rodríguez. Por sus escritos recientes, hemos intuido que la Isla acepta una valoración del volumen total de su deuda realizada por un organismo independiente, en este caso The Economist Inteligence Unit, que ha realizado en los últimos seis años unos pagos promedio de 3.000 millones de dólares anuales para amortizar principal e intereses, que en este ejercicio emplearán más de 5.000 en el mismo objetivo, y que su ratio deuda-pib, el principal índice mundial de sostenibilidad en el pago se sitúa en el entorno del 30%. Con todos estos números lo lógico, y lo esperable sería un paso delante de las agencias de rating, de Moody´s en primer lugar. Si estos evaluadores suben la nota como se espera la llegada del maná, en forma de inversión internacional estará más cerca. Y la Isla habrá encontrado, además, una alternativa a la crisis de Venezuela, su principal aliado financiero en los últimos años. Al final, da la impresión de que el entendimiento entre Washington y La Habana era la única salida real de la que disponía Raúl Castro.

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