El frío comunicado con el que la Casa Blanca comunicaba que Cuba salía al fin de la lista negra en la que EEUU incluye a aquellos Estados a los que considera patrocinadores del terrorismo, contrasta con las emociones que ya se han comenzado a manifestar entre los habitantes de La Habana a propósito de este mismo asunto. El frío comunicado con el que la Casa Blanca comunicaba que Cuba salía al fin de la lista negra en la que EEUU incluye a aquellos Estados a los que considera patrocinadores del terrorismo, contrasta con las emociones que ya se han comenzado a manifestar entre los habitantes de La Habana a propósito de este mismo asunto.
“Hoy el presidente de EEUU ha enviado al Congreso el informe y la documentación necesaria que indican la intención de la administración de prescindir de la designación de Cuba como Estado patrocinador de terrorismo”, señalaba la Casa Blanca en el comunicado con el que el presidente de EEUU, Barack Obama, zanjaba uno de los temas más ofensivos para el Gobierno de Cuba. Sin embargo, los testimonios recogidos en la isla han empezado a mostrar señales de optimismo desde esa declaración: «Todo el mundo sabe que si se arreglan las cosas con Estados Unidos las grandes empresas americanas van a llegar y plantar, así que muchos están corriendo para asegurar sus negocios», advierte Carlos.
Y es secundado por Ernesto: «Los británicos en un par de días firmaron negocios por 400 millones de dólares, los franceses por el estilo, los holandeses también están amarrando cabos y hasta el canciller de Japón habló de un aporte financiero no reembolsable, y mira que a los narras esos les cuesta soltar la mano…».
Quizá sea pura coincidencia, pues visitas como las del presidente de Francia venían cocinándose en los medios políticos y diplomáticos antes de que Obama y Castro anunciaran el inicio del diálogo, pero para muchos en la isla la percepción es que la noticia del 14 de diciembre fue como dar la voz de salida para unos cuantos inversores que, a partir de la declaración del viernes, sólo podrían empezar a multiplicarse.
Y es que aunque como hemos señalado aquí anteriormente, también hay lugar para los más prudentes a los que parecieron espolear las recientes declaraciones del presidente Raúl Castro en las que indicaba que las negociaciones entre Cuba y EEUU para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas «van bien», al mismo tiempo que advertía que “van a nuestro ritmo” para evitar errores y tropiezos. Es decir, unas declaraciones que dejaron en algunos la sensación de un “sí pero no” . Siempre hay mucha más gente con mente positiva en la isla: “El que espera lo mucho espera lo poco, y si hemos vivido con esta carga durante más de 50 años, un poquito más no se echa a ver”, asegura suspirando Edelmira, una jubilada que tiene a casi toda su prole en “El Norte”, y lo que más desea en el mundo es poder verlos, aquí o allá, sin tantos problemas y obstáculos.
