Seis meses después de que se anunciasen las negociaciones para normalizar las relaciones entre EEUU y Cuba, ambos países han sido capaces de entenderse aunque lo hacen a paso lento. Mientras, los habitantes de la isla caribeña se toman las conversaciones con cautela.
Seis meses después de que se anunciasen las negociaciones para normalizar las relaciones entre EEUU y Cuba, ambos países han sido capaces de entenderse aunque lo hacen a paso lento. Mientras, los habitantes de la isla caribeña se toman las conversaciones con cautela.
Durante la Cumbre de las Américas que tuvo lugar este año en Panamá, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro se reunieron por primera vez y actualmente se encuentran en vías de restablecer las relaciones diplomáticas, que llevan más de 50 años suspendidas.
Sobre ello, los cubanos se lo toman con cautela, puesto que la llegada de los estadounidenses podría suponer, como algunos de ellos consideran, un “peligro” para ellos pero también muchas “cosas buenas”, que es lo que realmente esperan. Otros apuestan por bajar un poco el tono y esperar a ver lo qué va ocurriendo.
En cualquier caso, deberían evitarse, según algunos sectores sociales de La Habana, “los triunfalismos”, pues deben tenerse en cuenta los errores cometidos e intentar subsanarlos en este nuevo escenario y también el “carácter imperialista de EEUU”.
En las encuestas llevadas a cabo en EEUU, los habitantes del país presidido por Obama consideran que la mayoría de los estadounidenses apoya el cambio hasta Cuba, donde el mandatario estadounidense tiene una mejor reputación desde el anuncio de un acercamiento.
