Ya hace más de un año que las autoridades de la Isla liberaron la venta de automóviles, motos y otros vehículos de motor con cero kilometraje, pero los precios continúan siendo tan exorbitantes que casi nadie se ha atrevido a adquirir un coche nuevo. Ya hace más de un año que las autoridades de la Isla liberaron la venta de automóviles, motos y otros vehículos de motor con cero kilometraje, pero los precios continúan siendo tan exorbitantes que casi nadie se ha atrevido a adquirir un coche nuevo.
Pese a la andana de críticas que han recibido, las autoridades no han bajado los precios ni un centavo. Su justificación es la necesidad de recaudar una gran cantidad a través de las ventas para así crear un fondo para mejorar el transporte público y sus vías.
No obstante con los precios actuales esas ventas no llegan a producirse y los lugareños ya se refieren a las agencias donde se venden este tipo de vehículos como la de Peugeot como «el museo de los carros». De hecho, nuestro corresponsal en La Habana nos cuenta como viajando en un almendrón desde el Vedado a La Víbora, una pasajera le pidió al chófer que por favor la dejara en “el museo de los carros”. El hombre, extrañado, le preguntó que dónde quedaba eso, a lo cual la mujer con una amable sonrisa le respondió: “No es ningún museo, es la agencia de la Peugeot que queda en Vía Blanca y Primelles”.
Entonces la carcajada fue general, pues a ninguno de los pasajeros ni al chófer se les escapó el sentido de la frase, aunque la trigueña lo aclaró para que no quedaran dudas: “Yo vivo cerca de allí y ya todos en el barrio conocen esa agencia como el museo de los carros, porque la gente llega, mira los automóviles, y se va, pues con esos precios de locura no hay quien compre ni una carriola”.
