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Soria desea incrementar los negocios con Cuba, pero fracasa diplomáticamente

El ministro español de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha declarado en su visita a la Isla que España quiere “impulsar” el comercio y las inversiones en Cuba especialmente «en los sectores de la industria, energía, turismo y telecomunicaciones». El ministro español de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, ha declarado en su visita a la Isla que España quiere “impulsar” el comercio y las inversiones en Cuba especialmente «en los sectores de la industria, energía, turismo y telecomunicaciones».

Así, en declaraciones recogidas por los medios oficiales, Soria manifestó su intención de elaborar memorandos de entendimiento en dichas áreas, así como en “comercio exterior”. Según el Ministro de Industria, “se trata de poder impulsar la relación bilateral en general y particularmente empujar y ayudar a la inversión española en Cuba”. Por ello Soria incidió en que se habría «llegado a un acuerdo político» para impulsar «vías concretas» de colaboración entre empresas de los dos países, ya que «esta y no otra es la última razón de ser de este tipo de visitas y de los encuentros empresariales».

Sin embargo, según recogen los medios de la Isla, la realidad es que Soria tan «sólo» se habría reunido con el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca, con el responsable del Ministerio de Energía y Minas, Alfredo López Valdés y con el vicepresidente del Consejo de Ministros Ricardo Cabrisas. Es decir, con cargos de menor rango al del número dos del régimen, Díaz-Canel, quien sí recibió al ministro de Exteriores español, García Margallo, en una visita que ya entonces se consideró devaluada.

Pese a ello, y al segundo plano político institucional en que está quedando España frente a las relaciones preferentes con las autoridades cubanas que sí están consiguiendo establecer otros países en esta nueva etapa, Soria ha asegurado que España no ve con preocupación la posible llegada de empresas estadounidenses en el marco del histórico acercamiento entre Washington y La Habana.

«Eso es bueno para Cuba, es bueno para Estados Unidos, pero es bueno para todos», declaró el ministro español con cierta despreocupación. Lo cierto es que mientras España desea incrementar los negocios y las inversiones con Cuba habría de afrontar la realidad de que su influencia político-institucional es cada vez menor en la Isla.

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