Sin publicidad alguna hasta ahora, en La Habana Vieja marcha la edificación de una mezquita, la primera de Cuba, auspiciada por la Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía, con la autorización del gobierno cubano a través de la Oficina del Historiador de la Ciudad, que le otorgó para la obra un espacio de 200 metros cuadrados. Sin publicidad alguna hasta ahora, en La Habana Vieja marcha la edificación de una mezquita, la primera de Cuba, auspiciada por la Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía, con la autorización del gobierno cubano a través de la Oficina del Historiador de la Ciudad, que le otorgó para la obra un espacio de 200 metros cuadrados.
El proyecto de los arquitectos turcos se inspira en la Gran Mezquita Imperial de Ortaköy, y cuando esté concluido será el espacio de oración para la comunidad de musulmanes practicantes agrupados en la Liga Islámica, y que suma unas 4000 personas.
La autorización data de 2014, pero parece haber cobrado mayor impulso tras la visita oficial realizada a la isla en febrero pasado por el primer ministro de Turquía, Tayyip Erdogan, quien apoyó con entusiasmo la iniciativa.
Hasta ahora los practicantes del islamismo en Cuba no tienen un espacio para ejercer el culto y por ello esperan con entusiasmo el momento en que la mezquita abra sus puertas.
En Cuba, donde el ejercicio de la religión es libre pero prevalecen la fe católica y los cultos africanos, también fue erigida hace algunos años una Iglesia Ortodoxa que se levanta con sus doradas cúpulas frente a la bahía, también en La Habana Vieja.
