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El nuevo curso escolar, un hueco en el presupuesto familiar

Radio Bemba

Cerca de dos millones de alumnos, que cubren desde preescolar hasta el preuniversitario, se preparan para comenzar el curso escolar el 1 de septiembre. El bullicio propio de estas fechas no permite apreciar el sacrificio que representa para muchas familias, a pesar de la gratuidad de la educación en Cuba. Cerca de dos millones de alumnos, que cubren desde preescolar hasta el preuniversitario, se preparan para comenzar el curso escolar el 1 de septiembre. El bullicio propio de estas fechas no permite apreciar el sacrificio que representa para muchas familias, a pesar de la gratuidad de la educación en Cuba.

En la Isla la matrícula, incluida la de la educación superior, no supone coste alguno. También los estudiantes reciben gratis el primer día de clase, lápices, cuadernos y los libros de texto. Sin embargo, la unidad familiar ha de comprar los uniformes, calzado y otros enseres escolares.

“Es un gasto incomparablemente inferior al que se incurre en cualquier otro país, pero teniendo en cuanta mi salario, como el de mucha gente, para mandar a las aulas a mis dos hijos estoy sacando cuentas desde hace semanas” dice una joven madre mientras busca en el mostrador de una tienda las tallas de uniforme.

Estos tienen precios irrisorios, pero el asunto se complica a la hora de adquirir el calzado pues un par de zapatillas puede costar entre 15 o 20 pesos convertibles (CUC), lo que es equivalente a un salario mensual medio, “y cruzamos los dedos para que esos zapatos les duren todo el curso” añade.

Los padres sacan cuentas también de que cuando se acaben los cuadernos y lápices que sus hijos recibieron gratis al inicio del curso, habrá que comprar más y más, y una libreta de notas cuesta 20 pesos no convertibles (CUP), el bolígrafo más sencillo ronda 1 peso convertible, y los bolígrafos de colores, plumas, reglas, cartabones y compases mucho más. Así, todos esos materiales van sumando y sumando, sin incluir el dinero diario para la merienda escolar o el transporte.

En los últimos años de la enseñanza media los gastos se multiplican, porque muchos padres recurren a maestros particulares para reforzar los conocimientos adquiridos por sus hijos en las aulas y garantizarles –piensan- una buena plaza en la universidad. Y algunos de esos profesores auxiliares cobran fácilmente a 2 pesos convertibles la hora. O incluso más.

No obstante, todos se las arreglan para hacer malabares con las finanzas familiares, y como siempre ocurre, el 1 de septiembre no quedará un solo muchacho sin acudir a las aulas con sus uniformes de estreno y su flamante equipo escolar.

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