Aunque cada temporada veraniega se convierte en un tema recurrente, este 2014 el calor se ha convertido casi en una obsesión de los cubanos. Los isleños viven el año más caliente desde 1951. Tanto es así, que incluso han llegado a ver los partes meteorológicos como una competición deportiva, en la que intenta averiguar si, en las últimas horas, se ha batido algún nuevo récord de temperatura. Aunque cada temporada veraniega se convierte en un tema recurrente, este 2014 el calor se ha convertido casi en una obsesión de los cubanos. Los isleños viven el año más caliente desde 1951. Tanto es así, que incluso han llegado a ver los partes meteorológicos como una competición deportiva, en la que intenta averiguar si, en las últimas horas, se ha batido algún nuevo récord de temperatura.
Hace tan sólo unos días, los habaneros conocieron que los termómetros en la estación de Casa Blanca, de la capital cubana, marcaron 38,2 grados centígrados, la máxima de todos los tiempos. Entonces, no pocos comenzaron a preguntarse con preocupación si el cambio climático se está adelantando demasiado y hasta cuándo durará el agobio.
No obstante, esta última pregunta la realizan sin muchas esperanzas de que realmente pueda resultar en la respuesta que ellos desean. Así, la mayoría de los especialistas coinciden en asegurar que el fin de ese “agobio” no está cerca ya que septiembre y octubre “vienen calientes”.
Incluso algunos advirtieron que “el pobre papa Francisco iba a sudar la gota gorda” en las misas de La Habana, Holguín y Santiago de Cuba. Pero, sobre todo, cruzan los dedos a la espera de la cuenta de la electricidad. Aunque hasta ahora ven con alivio que los “apagones” hayan sido mínimos, porque sufrir el calor sin un ventilador que lo mitigue, ya sería demasiado.
