Ante la persistente sequía, que las lluvias de las últimas semanas no han logrado mitigar, las autoridades cubanas comienzan a arreciar las medidas para lograr ahorrar lo más posible el líquido, cuyas existencias parecen reducirse por día. Ante la persistente sequía, que las lluvias de las últimas semanas no han logrado mitigar, las autoridades cubanas comienzan a arreciar las medidas para lograr ahorrar lo más posible el líquido, cuyas existencias parecen reducirse por día.
Se comenta que ya en algunos barrios está restringido el abastecimiento y que la empresa Aguas de La Habana extenderá los cortes a prácticamente toda la ciudad, regulando los volúmenes que tributa diariamente.
Así, quienes acceden al líquido durante varias horas todos los días, lo recibirán uno sí y otro no, mientras que otros municipios lo tendrán peor, pues les llegará el agua una vez cada dos días, porque es la manera de evitar que las fuentes de abasto de la capital se agoten.
Parejamente, se llevan a cabo millonarias inversiones para reparar las redes descuidadas durante muchos años y controlar incontables salideros que provocan la pérdida de casi la mitad del agua antes de llegar a los consumidores, a quienes se exhorta a ahorrar al máximo en sus casas, aunque muchos se quejan de que eso debió hacerse hace tiempo, y no “acordarse de Santa Bárbara cuando truena”, como reza el refrán popular.
