Al calor de las reformas que se implantan en Cuba son muchos los nuevos negocios que surgen, pero hasta ahora, el premio a la originalidad se lo gana el emprendedor que acaba de abrir en La Habana un hostal para perros. Al calor de las reformas que se implantan en Cuba son muchos los nuevos negocios que surgen, pero hasta ahora, el premio a la originalidad se lo gana el emprendedor que acaba de abrir en La Habana un hostal para perros.
La novedad es tema de comentarios en Radio bemba, donde algunos con cierto tono chovinista aseguran que “lo que no se le ocurre al cubano no se le ocurre a nadie” pero para el propietario se trata de encontrar un filón en un servicio hasta ahora inexistente en el país.
El hostal “Corazones felices” ofrece a sus huéspedes cuidado las 24 horas toda la semana, con alojamiento individual o colectivo, alimentación dos o tres veces al día, tratamientos de belleza y contra las garrapatas, área de juegos y, siempre a la mano, la atención de un veterinario; todo a precios “contundentes”.
Hay quienes opinan que un negocio tan sofisticado tiene pocas posibilidades de progresar, porque “los perros cubanos son guerrilleros, y aunque sus amos los cuidan, están acostumbrados a luchar el día a día, igual que la gente”.
Sin embargo, otros consideran que está bien pensado, pues será una vía más para que los nuevos ricos gasten su dinero sin pensarlo mucho, no tanto para complacer a sus mascotas, como para satisfacer su vanidad, pues eso da “catiguria”.
