Aunque los cubanos por lo general no son supersticiosos, el leve sismo que se sintió en la madrugada del martes último en la ciudad de Santiago de Cuba y sus alrededores llevo a algunos católicos a persignarse y a otros a simplemente cruzar los dedos, ante las singulares coincidencias que lo acompañaron. Aunque los cubanos por lo general no son supersticiosos, el leve sismo que se sintió en la madrugada del martes último en la ciudad de Santiago de Cuba y sus alrededores llevo a algunos católicos a persignarse y a otros a simplemente cruzar los dedos, ante las singulares coincidencias que lo acompañaron.
Los martes 13 llevan el sino de lo infausto, y cada vez que día y fecha coinciden en un mes, muchos repiten automáticamente aquello de que “ni te cases, ni te embarques, ni de tu familia te apartes” aunque casi nadie lleva a la práctica esos tres mandamientos.
Pero es esta ocasión a ello se añadió que el sismo de 3,9 grados ocurrido alrededor de las 3.00 de la madrugada fue el número 13 de este año, y que su epicentro fue detectado a 13 kilómetros de profundidad, por lo cual en los comentarios de radio bemba no fue pasada por alto tanta casualidad.
La región oriental de la isla “se mueve” con frecuencia, pero con sismos leves que muchos habitantes ni siquiera sienten y daños ínfimos cuando los hay, aunque expertos advierten que en algún momento puede ocurrir un temblor de mayor intensidad, suficiente para que algunos pájaros de mal agüero digan que quizá el temblor del martes 13 puede ser un “anuncio” de lo que vendrá.
