Comienza el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, y con ello buena parte de los habitantes de la capital y de otras ciudades del país entran en un verdadero zafarrancho de combate para “capturar” en el menor tiempo posible la mayor cantidad de filmes en un ambiente de feria y competencia que cambia por diez días el rostro de la urbe. Comienza el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, y con ello buena parte de los habitantes de la capital y de otras ciudades del país entran en un verdadero zafarrancho de combate para “capturar” en el menor tiempo posible la mayor cantidad de filmes en un ambiente de feria y competencia que cambia por diez días el rostro de la urbe.
En esta 37 edición –del 3 al 13 de diciembre- se exhibirán 444 filmes (135 en competencia) entre largometrajes, óperas primas, documentales, animados, medio y cortometrajes, y para abarcar lo más posible muchos toman vacaciones, y los que no, montan una singular rutina del trabajo al cine y viceversa y se olvidan de todo lo demás.
Este año es posible adquirir un “pasaporte” por diez pesos convertibles (CUP) (aproximadamente medio dólar) que permite ver siete películas, lo cual, en opinión de muchos, es mejor que los anteriores, que costaban el doble y para 15 cintas, pero que casi nadie podía consumir completamente.
Y de paso, muchos esperan que, gracias al deshielo entre Cuba y EE UU aumente la presencia de estrellas internacionales, y en especial de Hollywood, que en La Habana se olvidan del glamour y la alfombra roja y se sumergen entre la multitud como un cinéfilo más.
