Los habaneros recibieron con exclamaciones de alivio la llegada del primer frente frío de la actual temporada invernal, cuando muchos ya daban por seguro que noviembre se iba con temperaturas de verano y los ventiladores “a todo meter”. Los habaneros recibieron con exclamaciones de alivio la llegada del primer frente frío de la actual temporada invernal, cuando muchos ya daban por seguro que noviembre se iba con temperaturas de verano y los ventiladores “a todo meter”.
En realidad el frente, tardío como hacía muchos años no se veía, lo único que hizo fue refrescar un poco el ambiente, con mínimas en el occidente que no pasaron de 21 grados en las madrugadas en la capital, y máximas por encima de los 27 grados, pero en un año donde el calor impuso récord, muchos lo recibieron como si estuviera cayendo nieve.
Por eso hubo quienes sacaron gorros y bufandas, sobre todo aquellos que frecuentan algunas zonas del Vedado donde acostumbran exhibirse algunos de los especímenes más raros de la ciudad, sin importarles que al poco rato estuvieran sudando la gota gorda.
Pero como el clima anda patas arriba, el frente vino acompañado por lluvias, tal como lo habían pronosticado los meteorólogos, a causa del fenómeno de El Niño, por lo cual muchos andaban indecisos, tirando a suerte con qué salir a la calle, sin con abrigos o con paraguas, mientras esperan que el próximo venga más fuerte, para sacar del fondo de los baúles toda la parafernalia invernal.
