Ya comenzó la siembra de papas en la occidental provincia de Artemisa, una de las principales zonas que abastecen a la capital y los habitantes de La Habana ya tiene la mira puesta en febrero y marzo cuando comience la cosecha y de nuevo el apetecido tubérculo reaparezca en los mercados. Ya comenzó la siembra de papas en la occidental provincia de Artemisa, una de las principales zonas que abastecen a la capital y los habitantes de La Habana ya tiene la mira puesta en febrero y marzo cuando comience la cosecha y de nuevo el apetecido tubérculo reaparezca en los mercados.
Luego de varios cosechas pobres, la del último año fue abundante, lo que permitió que los habaneros dispusieran del producto hasta entrado el mes de agosto, sin limitaciones, y a un precio único de un peso cubano (CUP) la libra.
Pero tras agotarse las existencias, han tenido que recurrir, como siempre, al boniato, la malanga y los plátanos, muy apetecidos también, pero que como aseguran las amas de casa, no logran suplantarla, porque “la papa ayuda”.
Sin embargo, aunque el tubérculo no se encuentra en el mercado, hay quienes aseguran que, en algunos barrios, vendedores ilegales ofrecen subrepticiamente papas a precios exorbitantes, y que no pueden ser otras que las destinadas como semilla para las actuales siembras.
Por ello muchos cruzan los dedos con la esperanza de que esas semillas germinen y no terminen en una sartén poniendo en peligro la cosecha
