La alarma ha cundido entre las autoridades y los consumidores en La Habana, pues junto con el desabastecimiento de productos del agro, los precios siguen en flecha ascendente provocando que los bolsillos de la mayoría toquen fondo. La alarma ha cundido entre las autoridades y los consumidores en La Habana, pues junto con el desabastecimiento de productos del agro, los precios siguen en flecha ascendente provocando que los bolsillos de la mayoría toquen fondo.
En radio bemba los comentarios marchan en todas direcciones, e indistintamente la gente achaca a la situación a las malas condiciones del tiempo –fuerte sequía cuando debía llover y lluvias intensas en época de seca-, la acción incontrolada de los especuladores y hasta el temor de los productores ante los anuncios de algunas autoridades de poner tope a los precios.
A modo de ejemplo, todos utilizan como patrón el tomate, que a comienzos de diciembre costaba diez pesos cubanos (CUP) la libra (0,45 kilógramos), y a finales del mismo mes ya rondaba los 25 CUP en los mercados privados y solo un poco menos en los estatales.
En las primeras semanas de este año se impusieron precios regulados, pero al parecer demasiado bajos (tres CUP la libra) y en minutos el producto desapareció.
“Yo no sé a dónde vamos a parar” dicen las amas de casa, mientras la prensa, de manera inusual, mantiene el tema en la palestra y llama a buscar soluciones que van desde aumentar la producción hasta controlar precios y estimular a los productores.
