Cuba es, sin dudas, la meca del ron, pero sin que la bebida nacional pierda terreno, en los últimos tiempos van ganando espacio los vodkas destilados en el país, sobre todo las marcas Galeón y VC (por la provincia donde es embotellado, Villa Clara). Cuba es, sin dudas, la meca del ron, pero sin que la bebida nacional pierda terreno, en los últimos tiempos van ganando espacio los vodkas destilados en el país, sobre todo las marcas Galeón y VC (por la provincia donde es embotellado, Villa Clara).
Para los bebedores, las causas de tal inclinación hacia el vodka son sencillas: tiene una calidad aceptable y, sobre todo, un precio tentador, tres pesos convertibles (CUC), notablemente inferior a la más barata de las casi infinitas variantes del Havana Club.
Como la producción de vodka se ha “globalizado” en las shoping también se venden otros de procedencia rusa, francesa, española y hasta brasileña, pero como son importados, los precios ya son otros y hay que pensarlo dos veces para comprar una botella, mientras que el Galeón y el VC duran poco en las estanterías de las tiendas.
Son fabricados por la Empresa de Bebidas y Refrescos (Ember), pero en las etiquetas no aparece el producto base que tradicionalmente en Europa o Estados Unidos es el maíz, la cebada o el trigo, cereales que en Cuba escasean.
Así que muchos no dudan de que este “invento cubano” se obtenga a partir de las mieles de la caña de azúcar, lo mismo que el más genuino de los rones, aunque para quienes no poseen cultura etílica, su sabor resulta tan exótico como el más rancio vodka polaco.
