«No estamos diciendo que ya estamos comenzando a comercializar el servicio a la población, que ya va a llegar internet a las casas», advirtió este jueves Mayra Arevich, la presidenta ejecutiva de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa). «No estamos diciendo que ya estamos comenzando a comercializar el servicio a la población, que ya va a llegar internet a las casas», advirtió este jueves Mayra Arevich, la presidenta ejecutiva de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa). Una pequeña dosis de arena, después de las dos de cal que han ofrecido las autoridades de la Isla en lo referente a las telecomunicaciones durante los últimos días.
Primero se conocía que, de la mano de Huawei, Etecsar realizará una prueba «piloto» en La Habana Vieja para llevar internet a las casas particulares en el futuro. Una iniciativa que llevará dos grandes novedades: la conexión a alta velocidad; y sobre todo, el acceso generalizado para ciudadanos particulares. Un privilegio al que hasta ahora sólo podían acceder ciertos colectivos particulares, como médicos y con un permiso especial.
En segundo lugar, se anunció la ampliación de las populares áreas wifi para ampliar las conexiones a internet desde diversos lugares públicos. Un incremento de estas áreas que en esta misma semana ha pasado de las 30 zonas públicas adicionales de un primer anuncio a las 80 de hace tan sólo dos días. Acompañados además de 100 nuevas salas de navegación en internet.
Sin embargo, por si no había quedado lo suficientemen claro con la selección de su socio tecnológico, mediante las declaraciones de Arecich, las autoridades cubanas han querido mandar un nuevo mensaje de que mantendrán el control sobre la relativa ‘liberalización’ en el sector. Llegará a los hogares pero cuándo y cómo ellos decidan.
Además, el Gobierno de la Isla ha mandado un mensaje a los inversores internacionales en esa línea de combinar dosis de cal y de arena en los anuncios oficiales. Si la elección de Huawei como socio ha dejado claro que las autoridades del país caribeño no están dispuestas a ceder el control del sector, si que han querido enviar un mensaje de que habría espacio para que compañías de terceros países aceptasen un rol subsidario.
Especialmente compañías, cómo no, de EEUU. En ese sentido, Arevich indicó que el desarrollo de Internet en Cuba «requiere de recursos importantes porque nosotros compramos todas las plataformas en dólares y tenemos que ir llegando a los diferentes lugares en dependencia de las condiciones económicas que tenga el país y la empresa».
