El anuncio de la visita del presidente Barack Obama a Cuba los días 21 y 22 de marzo ha removido el ambiente en los corrillos de La Habana, donde hasta ahora solo se sabe que se reunirá con su par cubano, Raúl Castro, y con representantes de los más amplios sectores de la sociedad civil cubana. El anuncio de la visita del presidente Barack Obama a Cuba los días 21 y 22 de marzo ha removido el ambiente en los corrillos de La Habana, donde hasta ahora solo se sabe que se reunirá con su par cubano, Raúl Castro, y con representantes de los más amplios sectores de la sociedad civil cubana.
La noticia sorprendió a todos y mientras unos consideran escépticos que “para qué va a venir”, otros opinan que es una forma para apuntalar aún más su política de apertura hacia Cuba y se alegran porque “así podrá ver de primera mano la realidad cubana”.
Los que al parecer no se sorprendieron son los empleados del emblemático Hotel Nacional, pues desde días antes del anuncio muchos comentaban que “algo grande se está moviendo” pues, según dicen, de la embajada estadounidense reservaron todas las habitaciones en por lo menos dos pisos de la instalación y pidieron además, que se cerrara el resto, aunque a esto último le dijeron que “de eso nada”.
Otros ya afirman que Obama estará presente incluso en un juego de beisbol, porque el remozamiento del estadio Latinoamericano va a toda máquina y hay previsto un encuentro de exhibición de un equipo de las Grandes Ligas con la Selección Nacional, y les parece demasiada coincidencia que el tope esté previsto para el día 22.
