Los almendrones, esos autos norteamericanos de las décadas de los 50, los 40 y más allá que ruedan por las calles de La Habana, son cada vez más famosos, pero ahora están a punto de pasar al estrellato gracias a la magia de Hollywood. Los almendrones, esos autos norteamericanos de las décadas de los 50, los 40 y más allá que ruedan por las calles de La Habana, son cada vez más famosos, pero ahora están a punto de pasar al estrellato gracias a la magia de Hollywood.
Acaba de realizarse en La Habana en medio de un público entusiasta un pintoresco casting, no de actores, sino de almendrones, para escoger a aquellos los vehículos que protagonizarán escenas de la octava parte de la taquillera saga Rápido y furioso que serán filmadas en la isla.
Para ello decenas de Chevrolets, Cadillacs, Buicks y otros se congregaron en la capital para la prueba, y se dice que para ello estuvo en la capital cubana hace unas semanas el mismísimo Vin Diesel, quien se sumó así a la lista de famosos que se han dado “un saltico” por La Habana.
En las calles, la singular noticia ha echado combustible al tradicional choteo criollo, pues aunque muchos almendrones lucen como nuevos, la gente se pregunta si resistirán los acostumbrados frenazos y acelerones que tanto abundan en el taquillero filme.
Otros advierten que más destrozos les causarán los muchos baches de las calles habaneras y aspiran a que para la filmación al menos una parte de ellas sean reparadas.
