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Cuba recibe a Obama bajo la lluvia, sin alfombras ni batallón de ceremonias

Después de casi un siglo sin que un presidente norteamericano visitara Cuba, el avión presidencial Air Force One que traía a Barack H. Obama colocó su tren de aterrizaje sobre la pista del aeropuerto José Martí alrededor de las 4 y 20 de la tarde hora local sin que, prácticamente mediara el protocolo tradicional establecido para jefes de Estado que visitan la isla. Después de casi un siglo sin que un presidente norteamericano visitara Cuba, el avión presidencial Air Force One que traía a Barack H. Obama colocó su tren de aterrizaje sobre la pista del aeropuerto José Martí alrededor de las 4 y 20 de la tarde hora local sin que, prácticamente mediara el protocolo tradicional establecido para jefes de Estado que visitan la isla.

La necesaria, pero inoportuna lluvia, obligó a Obama desde su salida del avión a tomar un paraguas para cubrir a su esposa Michelle y con un rápido juego de manos poder saludar al canciller Bruno Rodríguez, quien le dio la bienvenida junto a otros funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores participantes en las rondas de conversaciones iniciadas con EEUU desde diciembre del 2014 cuando ambos gobiernos decidieron establecer las relaciones diplomáticas.

Luego de no más de quince minutos de saludos a otros funcionarios cubanos y personal de la embajada norteamericana, puesta en marcha el pasado 14 de agosto, la comitiva abordó los coches de una extensa caravana que partió a un encuentro privado del Presidente con el personal de su sede diplomática, así como con otros miembros de la delegación que le acompañan previamente llegados a la isla.

La televisión cubana trasmitió en vivo los pormenores del arribo de Obama hasta su salida del aeropuerto.

Era de esperar que durante el trayecto hasta la embajada recibiera la acogida de numerosas personas que, unas convocadas por el gobierno y otras por iniciativa personal, estarían ubicadas a ambos lados de la vía, pero esas imágenes no fueron emitidas.

Con posterioridad, Obama tiene prevista una visita a la Catedral habanera donde sería recibido por el cardenal Jaime Ortega, y un paseo por esa misma zona de la parte colonial a cargo de Eusebio Leal, historiador de la ciudad.

Este lunes será el recibimiento oficial en el Palacio de la Revolución donde tendrá una cena en su honor auspiciada por el presidente Raúl Castro.

Como pocos domingos, la ciudad de La Habana estuvo prácticamente desierta en razón de la espera de la trasmisión televisiva de la llegada de Obama, quien poco antes de su arribo había participado desde la Casa Blanca en un programa humorístico de gran apego popular de la tv cubana.

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