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Raúl Castro señala nuevos sectores para las inversiones estadounidenses

La rueda de prensa conjunta entre los presidentes de Cuba y EE.UU., Raúl Castro y Barack Obama, respectivamente; era quizá el momento más esperado de la primera visita de un presidente estadounidense a la Isla en los últimos 90 años y no defraudó las expectativas. La rueda de prensa conjunta entre los presidentes de Cuba y EE.UU., Raúl Castro y Barack Obama, respectivamente; era quizá el momento más esperado de la primera visita de un presidente estadounidense a la Isla en los últimos 88 años y no defraudó las expectativas. Así, ha habido momentos de tensión en torno a las preguntas relacionadas con los derechos humanos, que han disparado la atención mediática; pero también tuvo su espacio algún anuncio significativo, si bien en el tono que caracteriza a este tipo de eventos.

Siempre es preciso leer entre líneas en las comparecencias oficiales y, más aún en el lenguaje al que nos tiene acostumbrados la administración del país caribeño, pero en esta ocasión el presidente cubano fue bastante explícito. En el primer encuentro oficial entre los dos Gobiernos en más de medio siglo, Raúl Castro quiso enfatizar que “empresas cubanas y sus contrapartes estadounidenses continúan trabajando para identificar posibles operaciones comerciales que podrían materializarse”.

E incluso apuntó a sectores concretos. De esta forma, el máximo dirigente cubano destacó que podrían producirse “grandes avances en adquisición de medicinas, material médico y maquinaria para la generación eléctrica y protección medioambiental” en las relaciones comerciales entre los dos países.

Unos avances que, eso sí, según el presidente cubano, estarían condicionados a que Estados Unidos continuase avanzando por el camino del ‘deshielo’ en el cual esta visita constituye su mayor hito. Es decir, una vez más, Castro señaló al embargo comercial como el principal impedimento que impide que las perspectivas de negocio entre los dos países sean ya una realidad mucho más firme.

No obstante, el presidente cubano también quiso reconocer que, “a partir de las decisiones del presidente Obama de modificar la aplicación de algunos aspectos del bloqueo”, algunas de esas relaciones comerciales ya han fructificado. Se trata, sobre todo, de las relacionadas con el área de telecomunicaciones.

Así, Verizon ya había anunciado que ofrecería servicios directos de llamada entre Cuba y Estados Unidos; y hoy mismo, el presidente estadounidense ha aprovechado su visita para anunciar que Google ampliará el acceso a Internet en la Isla. Un salto de gigante que, no obstante, según ha aclarado posteriormente la multinacional estadounidense está aún en sus primeras fases.

Pero también en el área del turismo ya que al anterior anuncio se ha sumado al de Booking.com que también este lunes firmó un acuerdo con el Gobierno cubano por el que se convertirá en la primera firma estadounidense de reserva de hoteles en línea que opera en la isla caribeña.

Una noticia que, a su vez, se une a la de que Airbnb podrá extender la reserva de alquileres en la isla caribeña a clientes de todo el mundo, ya que hasta ahora el Gobierno estadounidense sólo le permitía realizar esta operación para sus nacionales. También a la de que la compañía de cruceros Carnival acaba de revelar que fletará el primer barco entre Estados Unidos y Cuba en más de 50 años.

Y aún más, la cadena estadounidense Starwood, que acaba de ser adquirida por Marriott por 14.400 millones de dólares, y que posee las marcas Sheraton, Meridien, W y Westin, ha anunciado que prevé abrir dos hoteles en La Habana ya antes de que concluya 2016. Además, a estos se les añadiría un tercer establecimiento el año que viene.

Igualmente, en los próximos días, a estos acuerdos podrían añadirse otros en áreas como la industria del entretenimiento. De hecho, el propio Barack Obama aprovechará su visita para asistir a un partido de exhibición en La Habana de un equipo de béisbol de las Grandes Ligas con la selección cubana. Justo cuando las autoridades de la Isla negocian un acuerdo con esa organización para regularizar el ‘traspaso’ de sus estrellas.

Estos acuerdos no son sino un avance del ‘desembarco’ estadounidense que se espera en la isla tan pronto el embargo llegue a su fin, lo que a juzgar por las palabras de Obama sucederá más pronto que tarde ya que afirmó convencido en la menciona rueda de prensa. “El embargo va a finalizar. ¿Cuando? No puedo estar completamente seguro; pero creo que terminará y que el camino en el que estamos continuará más allá de mi administración».

Una afirmación que respaldó en base a que «la razón es lógica y es que lo que hicimos durante 50 años no ayudó a nuestros intereses ni a los de la gente de Cuba; y, como dije cuando hice el anuncio de ‘normalización de relaciones’, si haces algo durante 50 años y no funciona, tiene sentido probar algo nuevo”.

Y, desde luego, no parece que vaya muy desencaminado el presidente estadounidense si tenemos en cuenta que el máximo favorito a alzarse con la nominación republicana para la candidatura a las próximas elecciones de EE.UU., Donald Trump, también ha declarado hoy que “probablemente continuaría con la normalización de relaciones con Cuba, si fuese elegido”.

El multimillonario incluso ha ido más allá al afirmar que está dispuesto a abrir un hotel en la Isla ya que cree que ha llegado su momento. Mientras que, de vuelta a la vertiente política, en el lado demócrata, la más que probable candidata de ese partido, Hillary Clinton, ya se había manifestado en el mismo sentido de acabar con el embargo, eso sí, aún con mayor contundencia que Trump.

No obstante, para completar el panorama, conviene señalar que durante los últimos días, fuentes de la administración estadounidense han dejado caer que la ‘contraparte cubana’ también debería realizar sus propios cambios regulatorios para que todas estas perspectivas de negocio puedan llegar a buen puerto.

Se trataría, por ejemplo, de medidas como acabar con la penalización del 10% que afecta al cambio de dólares en la Isla; o de poner fin al impedimento por el cual las empresas extranjeras no pueden contratar directamente a trabajadores del país caribeño.

De producirse esas medidas, no cabe duda que las relaciones comerciales entre los dos países serían mucho más profundas con carácter inmediato e irían más allá de esos sectores escogidos en los que ya se han producido los movimientos señalados. En este sentido se entiende la reunión que el presidente Obama mantuvo con un grupo de emprendedores cubanos a los que declaró que “Estados Unidos está listo para ayudarles a tener éxito”.

Un encuentro que, por cierto, fue narrado en Periscope por el ‘chef’ español José Andrés que ofició como embajador culinario de EE.UU. en la Isla. Una poderosa metáfora de cómo, una vez más, el Gobierno español está dejando escapar las oportunidades y el papel protagonista que estaba destinado a protagonizar en esta nueva coyuntura.

Todo lo contrario que el Gobierno de Barack Obama que, al margen de que se concreten o no toda esa gama de oportunidades en nuevos sectores, ha dejado claras sus verdaderas prioridades a través de los empresarios que acompañaban a la delegación. Figuras como el jefe de PayPal, Daniel Schulman; el fundador de Airbnb, Brian Chesky, o el presidente de Marriott, Arne Sorenson, y el asesor general de Starwood, Ken Siegel.

En definitiva, toda una serie de oportunidades relevantes que, como decíamos, han quedado un tanto opacadas por algunos momentos de tensión que se vivieron en la rueda de prensa. Por ejemplo, en respuesta a una pregunta del periodista de la CNN, Jim Acosta, sobre presos políticos; Raúl Castro respondió con ostensible enojo: “Dame una lista con esos nombres y los libero inmediatamente”.

Del mismo modo, ante una nueva pregunta sobre la misma materia, el presidente cubano señaló que ningún país del mundo cumple al 100% con los derechos humanos. Unos momentos de tensión en los que el presidente estadounidense ha actuado en cierta forma de mediador.

“El presidente Castro ha señalado que, bajo su punto de vista, el hecho de que todo el mundo tenga acceso a una educación decente, o a la atención médica son también derechos humanos. No estoy en desacuerdo con eso personalmente, si bien eso no debe distraernos de las otras cuestiones”, afirmó Obama, quien añadiría: “no le corresponde a EE.UU. decirle a Cuba cómo se tiene qué gobernar, pero sí poder tener una conversación franca sobre todas las cuestiones”.

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