Como ocurre cada año a la altura de marzo, comenzó la “invasión” de papas en los mercados de La Habana, y con ello, el zafarrancho de los clientes en largas filas para adquirir ese alimento tan demandado, pero que “estaba perdido” de la mesa familiar desde finales de septiembre. Como ocurre cada año a la altura de marzo, comenzó la “invasión” de papas en los mercados de La Habana, y con ello, el zafarrancho de los clientes en largas filas para adquirir ese alimento tan demandado, pero que “estaba perdido” de la mesa familiar desde finales de septiembre.
Desde hace un buen tiempo muchos temían que no iban a ver este año ni sombra del tubérculo, pues cuando las plantaciones necesitaban agua, se ensañó en el país una fuerte sequía, y cuando los cultivos ya no requerían de la lluvia, esta cayó a raudales, por lo cual las autoridades auguraban una pobre cosecha.
Pero al parecer la mala suerte no fue tanta, aunque no se han brindado datos precisos sobre lo acopiado, el gran tamaño y lozanía de las primeras papas llegadas al mercado hacen pensar a los clientes que “la sangré no llegó al río”, mientras otros consideran que fueron sembradas muchas más hectáreas que en años anteriores.
Y si los primeros cargamentos desparecieron del mercado en pocas horas a pesar de que solo se permitía comprar 10 libras (4,53 kilogramos) por persona mientras la policía mantenía a raya a los especuladores, a estas alturas es posible adquirir cualquier cantidad de papas, que como se dice en Radio Bemba, “están muertas de risa”, aunque no se sabe hasta cuándo.
