La calma ha retornado a las casas de cambio (Cadeca) y a los bancos de La Habana, luego de que una bola salida no se sabe de dónde, como siempre, pusiera a correr a muchos habitantes de la capital para deshacerse de sus pesos convertibles (CUC) y cambiarlos por pesos (CUP). La calma ha retornado a las casas de cambio (Cadeca) y a los bancos de La Habana, luego de que una bola salida no se sabe de dónde, como siempre, pusiera a correr a muchos habitantes de la capital para deshacerse de sus pesos convertibles (CUC) y cambiarlos por pesos (CUP).
En los días finales de abril, en Radio Bemba comenzó a cobrar fuerza el comentario de que las autoridades bajarían sorpresivamente la tasa de cambio a favor del CUP, y mientras los más conservadores la acercaban a 1un CUC por 20 CUP, algunos llegaron a decir que se pondría uno a cinco.
Y la bola se convirtió en alud, de tal manera que las colas crecieron geométricamente en las Cadecas y oficinas bancarias, hasta el punto de que en muchas se agotaron las existencias de pesos cubanos y en medio del nerviosismo, en comercios particulares e incluso estatales aparecieron cartelitos con una sola frase: “No se aceptan CUC”.
Solo se calmó el nerviosismo cuando el Banco Central advirtió tajantemente en una breve nota que la tasa se mantiene igual, y como para no dejar dudas, recordó que tanto las cuentas bancarias en CUC, CUP y en divisas extranjeras, así como el dinero en manos de la población no se verán afectados ante la posible unificación monetaria.
