“No tenemos vuelto”, es una frase que se escucha con demasiada frecuencia en las tiendas de La Habana, ya sean en moneda “nacional” o en las ‘shoppings’, y entonces al cliente solo le queda la opción de no comprar o, lo que hace la mayoría, “dejar el vuelto”, con lo cual los vendedores se van haciendo, casi imperceptiblemente, de una jugosa ganancia. “No tenemos vuelto”, es una frase que se escucha con demasiada frecuencia en las tiendas de La Habana, ya sean en moneda “nacional” o en las ‘shoppings’, y entonces al cliente solo le queda la opción de no comprar o, lo que hace la mayoría, “dejar el vuelto”, con lo cual los vendedores se van haciendo, casi imperceptiblemente, de una jugosa ganancia.
“Esta es la forma más cómoda de robarle a la gente”, aseguran muchos habaneros ante una situación que se repite lo mismo cuando se adquiere un par de zapatos en CUC que con “el pan nuestro de cada día”, la factura del mes por la libreta de abastecimientos o hasta en el pago del transporte público.
Lo peor es que el problema es recurrente. Hace crisis en determinado momento, desaparece cuando las autoridades toman cartas en el asunto ante las quejas de la población y al cabo del tiempo brota nuevamente, como la yerba mala con la llegada de la primavera.
El Banco Central asegura que hay moneda fraccionaria suficiente para todas las operaciones de la circulación monetaria del país, pero según los comentarios de Radio bemba, también “hay mucho descaro” de los funcionarios que deben velar por ello.
