Juan de la Caridad García, se ha convertido desde hace algo más de un mes en el nuevo Arzobispo de La Habana, la diócesis más importante de Cuba, con la principal función de poner a la Iglesia habanera, y en general a la cubana, en plena sintonía con las directrices del nuevo Pontificado del Papa Francisco. Juan de la Caridad García, se ha convertido desde hace algo más de un mes en el nuevo Arzobispo de La Habana, la diócesis más importante de Cuba, con la principal función de poner a la Iglesia habanera, y en general a la cubana, en plena sintonía con las directrices del nuevo Pontificado del Papa Francisco.
Esa es al menos la opinión que, en un reportaje de AP, manifiesta el analista político Lenier González, quien codirige el centro de estudios Cuba Posible. Según éste el nuevo Arzobispo buscará lograr que la institución religiosa sea mas cercana a la realidad de la gente, incluídos aspectos como el divorcio o la homosexualidad.
Sin embargo, de la Caridad García también estará a cargo de negociar con el Gobierno, desde una institución tan poderosa diplomáticamente como para haber sido parte del acercamiento entre Cuba y los Estados Unidos y que ahora se enfrenta a un contexto de un país sumido en reformas económicas y en medio de un deshielo iniciado con Estados Unidos.
Una tarea en la que se considera que serán de utilidad su carácter disciplinado, reflexivo y firme, pero no confrontacional. Además, se considera que el nuevo Arzobispo comparte la visión del Gobierno cubano de impulsar una serie de reformas graduales en la economía, así como en el sistema político del país caribeño.
No obstante, se espera que cuente con el apoyo de su antecesor, Jaime Ortega, en las relaciones políticas y diplomáticas. No en vano, el cardenal se ha quedado a vivir en La Haban desde podrá capitalizar, además de su papel en el ‘deshielo’ con EEUU; su experiencia de más de tres décadas como actor clave en el acercamiento de la Iglesia con el Gobierno de la Isla.
