Que la ganadería cubana anda mal no es un secreto para nadie, pero muchos andan comentando que “con estos truenos no hay quien duerma”, porque las posibilidades de mejoría parecen estar demasiado lejos todavía, mucho más después de leer un extenso artículo aparecido en el diario Juventud Rebelde. Que la ganadería cubana anda mal no es un secreto para nadie, pero muchos andan comentando que “con estos truenos no hay quien duerma”, porque las posibilidades de mejoría parecen estar demasiado lejos todavía, mucho más después de leer un extenso artículo aparecido en el diario Juventud Rebelde.
El texto puso a unos cuantos a sacar cuentas: Si en el primer trimestre murieron por hambre o mal manejo unos 11.000 animales, serían 44.000 al cierre del año, o incluso más “si la cosa no mejora”. Y lo peor, esa cifra es casi un “éxito” porque en el 2015 murieron 200.000, cerca del 4% de toda la masa ganadera, cuando -dicen las autoridades-, no debe pasar del 1,5 % para considerarlo “aceptable”.
La parte buena del artículo es que está comenzando a llegarle al sector un millonario financiamiento externo, aportado por gobiernos, empresas, instituciones internacionales y ONGs, aunque muchos se preguntan si eso será suficiente para dar el salto o se perderá en las granjas y potreros, por mala organización, desidia, falta de estímulo a los productores y mil causas más.
“Pasarán más de mil años” para que la carne de res vuelva a la “libreta”, dicen algunos, mientras que otros ya ni esperan eso y la resuelven “por la izquierda”.
