Cada vez son más numerosas las “guagüitas” Diana que ruedan sobre todo en las capitales de provincias y en alguna que otra línea que enlaza a La Habana, y cuya presencia es agradecida por la población ante la crisis aparentemente eterna del transporte en el país. Cada vez son más numerosas las “guagüitas” Diana que ruedan sobre todo en las capitales de provincias y en alguna que otra línea que enlaza a La Habana, y cuya presencia es agradecida por la población ante la crisis aparentemente eterna del transporte en el país.
Diana es el nombre oficial de esos ómnibus de mediano tamaño, con capacidad para 20 pasajeros sentados y otros tantos de pie, cuya fabricación en la empresa Evelio Prieto de Guanajay, en la occidental provincia de Artemisa, comenzó hace relativamente poco tiempo en colaboración con el consorcio chino Yutong.
El plan para este año contempla 650 unidades, de las cuales ya ruedan por el país más de la mitad y según los fabricantes chinos y cubanos, son resistentes y se adaptan a las condiciones del país, aunque para muchos usuarios son “un poquito feas” pero resuelven en alguna medida el problema de la movilidad.
Y como los cubanos siempre buscan la nota de humor en todo, rápidamente han rebautizado a las Diana como las “aspirinas”, porque igual que el famoso medicamento, “aunque calman el dolor, no curan la enfermedad”, o lo que es lo mismo, alivian las deficiencias del transporte, pero no las eliminan.
