El emergente sector privado en la gastronomía sigue creciendo en La Habana y otras ciudades, y mientras más establecimientos aparecen, en igual proporción parece arreciar la competencia, de la que no escapa ni siquiera el hasta hace poco adormecido sector estatal, que se revitaliza en forma de cooperativas. El emergente sector privado en la gastronomía sigue creciendo en La Habana y otras ciudades, y mientras más establecimientos aparecen, en igual proporción parece arreciar la competencia, de la que no escapa ni siquiera el hasta hace poco adormecido sector estatal, que se revitaliza en forma de cooperativas.
Ya no se trata solo de brindar buen servicio, una carta variada, comida abundante, platos refinados hasta llegar a lo gourmet u ofrecer precios “aceptables”, sino que los emprendedores más avispados recurren a otras argucias para atraer tanto a turistas extranjeros como a nacionales con billetera amplia.
En Radio Bemba son cada vez más los nombres para pasan de boca en boca porque más allá de los menús que ofrecen “se lo pasa uno de lo mejor” pues además de comer bien los comensales pueden disfrutar de música en vivo y bailar, incluso con artistas reconocidos, y hasta divertirse desafinando sin vergüenza en un karaoke.
Por si fuera poco, algunos lugares eligen y premian a “la dama más bella de la noche” y también “al caballero más feo”, aunque el jurado no sea muy confiable, o promueven sorprendentes rifas que lo mismo pueden ser una memoria USB de 16 gigas por solo cinco pesos cubanos (CUP), o entradas “incapturables” para un concierto de reguetón en el Karl Marx.
