Las autoridades encargadas del transporte público en La Habana llevan a cabo un programa de reordenamiento de ese servicio con el objetivo –afirman- de hacerlo más eficiente y adecuado a las necesidades de la urbe, aunque advierten, como para no levantar expectativas demasiado grandes, que ello no eliminará la ya crónica insuficiencia de guaguas (ómnibus) en la capital del país. Las autoridades encargadas del transporte público en La Habana llevan a cabo un programa de reordenamiento de ese servicio con el objetivo –afirman- de hacerlo más eficiente y adecuado a las necesidades de la urbe, aunque advierten, como para no levantar expectativas demasiado grandes, que ello no eliminará la ya crónica insuficiencia de guaguas (ómnibus) en la capital del país.
El plan parece ser bastante complicado y a modo de prueba se aplica ya en los barrios del este de la ciudad con la perspectiva de llevarlo a todas partes, e incluye, entre otras medidas, el alargamiento de recorridos en unos casos, cambios de itinerarios en otros, creación de nuevas rutas y hasta cambios en su numeración.
En Guanabacoa, Habana del Este y hasta en la lejana playa de Guanabo el tema es el pan nuestro de cada día en Radio Bemba, que con sus rumores suple la falta de una amplia divulgación, y de paso recoge y amplifica los criterios a favor o en contra.
Quienes antes tenían que andar kilómetros hasta la parada más cercana aseguran estar “encantados”, pero los que deben caminar más para tomar el ómnibus afirman que “no hacen nada que sirva”; hay quienes dicen “estar perdidos” con los nuevos itinerarios, mientras que para otros “si no ponen más guaguas, de nada valen tantos cambios”.
