Quienes transitan por la concurrida esquina de 23 y L, en plena Rampa habanera, notan “algo raro” y no es otra cosa que el ajetreo de albañiles dentro y fuera del cine Yara, cuyo amplio portal está por estos días repleto de andamios y materiales. Quienes transitan por la concurrida esquina de 23 y L, en plena Rampa habanera, notan “algo raro” y no es otra cosa que el ajetreo de albañiles dentro y fuera del cine Yara, cuyo amplio portal está por estos días repleto de andamios y materiales.
Según los directivos del Instituto de Arte e Industria Cinematográficos, se trata de obras encaminadas fundamentalmente a instalar un nuevo equipamiento de aire acondicionado, lo cual es agradecido con creces por los cinéfilos, que desde hace bastantes semanas debían entrar al cine abanico en mano.
En Radio Bemba afirman que las obras van más allá, pues según los comentarios, “le están dando una manito” para que esté “brillando” cuando corra sus cortinas la próxima edición del Festival Internacional de Cine Latinoamericano.
Pero teniendo en cuenta que el evento se celebra a finales de noviembre, algunos dicen que “estaremos sin el Yara durante un buen tiempo”, y que “difícil que lo abran antes”.
Tal falta se echa a ver, pues para muchos es el cine más céntrico de La Habana, uno de los mejores, de los pocos que ya quedan en la ciudad y que junto a las salas 23 y 12, Chaplin, Riviera, Infanta y La Rampa, forma parte del circuito del festival, pero, sobre todo, es punto obligado de encuentros en la esquina más frecuentada de la ciudad.
