El monopolio estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) ha denunciado fraudes telefónicos que le estarían causando anualmente pérdidas estimadas en unos seis millones de dólares. Y como principal acusado figura una empresa subsidiaria de Techrrific Inc., con dirección legal en Canadá, pero que opera tambén en EE.UU.: «Cuballama». El monopolio estatal Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) ha denunciado fraudes telefónicos que le estarían causando anualmente pérdidas estimadas en unos seis millones de dólares. Y como principal acusado figura una empresa subsidiaria de Techrrific Inc., con dirección legal en Canadá, pero que opera tambén en EE.UU.: «Cuballama».
Según un extenso artículo en el periódico oficial Juventud Rebelde, el método más extendido y empleado por «Cuballama» consistiría en utilizar unos dispositivos llamados Simbox, que sirven para montar una pequeña central telefónica, que desde Cuba puede comunicarse con otros similares fuera del país a través de Internet.
Así, de acuerdo con un informe de Etecsa en el que se basa «Juventud Rebelde», la comercialización de los servicios de «Cuballama» se realizaría en línea, generalmente desde el exterior del país, empleando tarjetas de crédito y mecanismos de pago electrónicos por medio de entidades como el TD Bank Financial Group y Beanstream Internet Commerce Corp.
El problema estaría en que Techrrific, o Cuballama, no posee contrato o acuerdo alguno firmado con la Etecsa y ademas ofrecería los servicios a través de terceros o por vías no autorizadas. Ejemplo de ello sería el servicio de buzón de voz lanzado por «Cuballama» en 2011 para los clientes de Etecsa, utilizando a la empresa Jyctell en España, que usó rangos de numeración de Telefónica.
También el servicio de llamadas internacionales entrantes y de mensajes (SMS) enviados al exterior del país, ya que, por ejemplo, «Cuballama» permite enviar un mensaje de texto a nueve centavos frente al promedio de 60 centavos de dólar de los SMS salientes de Cuba. Unas acusaciones que, no obstante, han sido negadas por el presidente de la compañía Techrrific Inc., Víctor Manuel Castro Vaquero, en declaraciones a El Nuevo Herald.
Según éste, Techrrific Inc. no tiene contrato directo con ETECSA, pero sí con compañías telefónicas internacionales como Telefónica, Orange o Verizon que, a su vez, mantienen contratos con ETECSA, a las que les compra ese tráfico que luego revende. Además señala que no tienen ninguna Simbox en Cuba, ya que además dichos dispositivos «serían muy fáciles de detectar y ubicar»
Por el contrario Castro Vaquero ha acusado a Etecsa de mantener unos precios que ha calificado como «estafa». Una acusación en parte admitida por la empresa de telecomunicaciones al señalar que debe buscar una fórmula para reducir el precio de los servicios de telefonía móvil en el pais caribeño.
No obstante, el monopolio esatal de comunicaciones también se ha encargado de recordar a través de las páginas de «Juventud Reblede» que la Ley en Cuba castiga con multas y hasta cinco años de cárcel los delitos económicos y en particular los fraudes telefónicos; y que desde 2014 al menos ocho personas fueron juzgadas en la Isla por esa práctica ilegal.
Y es que tanto por la delicada situación económica que atraviesa la Isla, como por la cambiante coyuntura internacional, en la que las principales multinacionales han presentado ya proyectos para hacer su entrada en el país caribeño, el control sobre este sector estratégico se ha convertido de nuevo en prioridad según la prensa oficial cubana.
