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Nos vamos para la Habana vieja

Radio Bemba

Hace unos años vivir en La Habana Vieja era “la última carta de la baraja”, por las difíciles condiciones de ese municipio, el estado deplorable de la mayoría de sus edificaciones y “el mal ambiente de la zona”, pero las cosas cambian, y si todavía vivir en el Vedado, el Nuevo Vedado o Miramar da “caché”, cada vez más son quienes aspiran a encontrar un espacio en el casco histórico de la ciudad. Hace unos años vivir en La Habana Vieja era “la última carta de la baraja”, por las difíciles condiciones de ese municipio, el estado deplorable de la mayoría de sus edificaciones y “el mal ambiente de la zona”, pero las cosas cambian, y si todavía vivir en el Vedado, el Nuevo Vedado o Miramar da “caché”, cada vez más son quienes aspiran a encontrar un espacio en el casco histórico de la ciudad.

En Radio Bemba se comenta que encontrar permuta para La Habana Vieja o comprar allí un viejo caserón, se está convirtiendo en una tarea cada vez más difícil y que la demanda por la zona ha aumentado vertiginosamente.

La respuesta a ese cambio es fácil de hallar, pues gracias a los trabajos de la Oficina del Historiador de la Ciudad y a la enorme afluencia del turismo, que deberá ser cada vez mayor, la antes despreciada Habana Vieja se ha convertido en una “tasita de oro”.

Se comenta que “ahora sí hay que tener plata para comprar cualquier caserón en ruinas” que incluso algunos extranjeros los están adquiriendo por trasmano, y que quienes viven allí ya no desean irse para ninguna otra parte, porque todo el que quiera abrir un restaurante o una tienda, alquilar habitaciones o plantar cualquier negocio con perspectivas de progresar, tiene allí un mercado seguro.

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