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El auge del turismo agrava los problemas de suministro agrícola

Los cambios sucedidos en Cuba durante los últios años abren una nueva era de posibilidades a la inversión extranjera que no pasa solamente por las grandes obras y proyectos de infraestructuras. Y es que la tímida apertura al capitalismo en la Isla está generando nuevas necesidades en sectores como el agrícola de las que se ha hecho eco el New York Times. Los cambios sucedidos en Cuba durante los últios años abren una nueva era de posibilidades a la inversión extranjera que no pasa solamente por las grandes obras y proyectos de infraestructuras. Y es que la tímida apertura al capitalismo en la Isla está generando nuevas necesidades en sectores como el agrícola de las que se ha hecho eco el New York Times.

Un recuerdo quizá a los inversores estadounidenses en un sector tan sensible como éste al votante republicano del interior del país de que en una economía que se abre lentamente, una mejor relación entre EE.UU. y la Isla puede ser en beneficio de todos. Incluso para el presidente electo Donald Trump, quien, de momento, con los nombramientos que ha ido anunciando,está dando señales de que sus amenazas en campaña electoral de dar marcha atrás en las relaciones con Cuba iban en serio.

Y es que, según recoge el diario emblema de la ciudad de origen del republicano, la llegada de casi 3,5 millones de visitantes al país caribeño durante el año pasado, un récord para la Isla, ha supuesto tal demanda adicional de alimentos que incluso ha comprometido la seguridad alimentaria de Cuba a corto plazo. «Los turistas se están comiendo, literalmente, las raciones de los cubanos», afirma el periodista Azah Amad desde La Habana.

El motivo es que ante la baja producción, los productos se están yendo a las manos de turistas adinerados a través de los cientos de restaurantes privados que los atienden. Un problema ante el que los precios regulados poco pueden hacer ya que esa mayor demanda hace que los productos que escasean inevitablemente acaben desembocando en el mercado negro.

Así, productos agrícolas como cebollas y pimientos, frutas como piñas y limones, cervezas o refrescos son inasequibles o directamente imposibles de encontrar para muchos cubanos. Un problema adicional para el presidente Raúl Castro, quien, en abril, reconoció el aumento en los precios de los productos agrícolas y actuó para ponerles un límite con anuncio incluído de castigar a los intermediarios que cometieran «manipulación de precios».

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