Tras nueve días de completo luto nacional por el fallecimiento de Fidel Castro, La Habana va retornando a la normalidad paulatinamente, con sus ruidos habituales de pregoneros de cuanta cosa se puede vender, la música alta en lugares públicos y privados y la prisa de muchos para capturar el transporte público. Tras nueve días de completo luto nacional por el fallecimiento de Fidel Castro, La Habana va retornando a la normalidad paulatinamente, con sus ruidos habituales de pregoneros de cuanta cosa se puede vender, la música alta en lugares públicos y privados y la prisa de muchos para capturar el transporte público.
Solo en la prensa y la televisión perduran los remanentes de los pasados funerales, con reportes de las repercusiones internacionales que aún despierta el luctuoso acontecimiento en muchas partes del planeta, pero la programación ya es casi la misma.
Lo único llamativo, en la TV, es la vuelta a las pantallas de filmes cubanos ya casi olvidados por los más viejos y totalmente desconocidos para los jóvenes, y muchos se preguntan “si tienen que pasar cosas así para poder ver películas cubanas en la TV”.
Y en radio bemba muchos se sorprenden de ver, con cierta dosis de agrado, junto a cintas más recientes como “Clandestinos”, “Ciudad en Rojo” o “Viva Cuba”, otras casi olvidadas, como “Historias de la Revolución”, “Cuba 58” y “Patty Candela” en las cuales los jóvenes descubren en rostros lozanos a quienes hoy en la pantalla muestran canas y arrugas, y los veteranos rememoran a grandes artistas ya fallecidos o que incluso abandonaron el país hace ya muchos años.
