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Aznar vuelve a ‘disparar’ contra Cuba

A principios de este mes, la Unión Europea (UE) pasaba página en su relación con Cuba al enterrar la llamada posición común que vinculaba su cooperación a avances en materia de Derechos Humanos en la Isla. Una decisión que entró en vigor el 12 de diciembre con la firma de un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con el país caribeño. A principios de este mes, la Unión Europea (UE) pasaba página en su relación con Cuba al enterrar la llamada posición común que vinculaba su cooperación a avances en materia de Derechos Humanos en la Isla. Una decisión que entró en vigor el 12 de diciembre con la firma de un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación con el país caribeño.

Se comenzaba así un camino de normalización de relaciones, curiosamente un año después que la Isla lo iniciase con su gran ‘enemigo’ de, al menos, más de medio siglo: EE.UU. Y se producía también un reconocimiento implícito de que la posición común, promovida en 1996, por el ejecutivo español, entonces en manos del Partido Popular de José María Aznar, no había funcionado.

También por parte del propio Partido Popular que aprovechó la presencia en Bruselas del canciller cubano, Bruno Rodríguez, con motivo de la firma del citado Acuerdo del día 12 para propiciar un encuentro entre el ministro de Exteriores caribeño con su homólogo español Alfonso Dastis; quien tras sustituir a Margallo ha despertado esperanzas en el empresariado español de que ahora sí se podrá empezar a recuperar el tiempo perdido.

Dastis afirmó en esta línea que, frente a la frialdad con la que habían sido tratados sus antecesores conservadores en el cargo (en gran parte precisamente como castigo al papel de España como impulsores de la posicon común), había intercambiado “invitaciones mutuas” con Rodríguez para visitarse. Incluso abrió la puerta a un posible desplazamiento del presidente Mariano Rajoy a Cuba, visita también muy demandada por el empresariado hispano, al igual que la del Jefe de Estado.

Sin embargo, las dos décadas transcurridas sin que la posición común produjese resultados no han sido suficientes para todos. Al menos ese es el caso precisamente de su impulsor: el propio José María Aznar. Así, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que él preside ha solicitado en uno de sus informes del que se hace eco Libertad Digital «que los parlamentos nacionales de la UE frenen el acuerdo que los Veintiocho han suscrito con Cuba».

Es decir, más de la misma vía que se ha demostrado fracasada durante estos 20 años ya que también se pide condicionar todo a «avances en el respeto de los Derechos Humanos y las libertades» en la Isla. Una posibilidad además tampoco del todo factible porque, aunque se trate de un acuerdo ‘mixto’ que, por tanto, debe ser ratificado por todos los Estados miembros; una vez el pleno del Parlamento Europeo vote a favor, ya se apllcaran todas aquellas partes que son competencia europea.

Es decir, «el 80% del total» entrará en vigor de forma inmediata según una estimación de fuentes comunitarias que recoge Libertad Digital. Y aunque solo lo sea de» manera provisional y parcial», ya se sabe que, una vez abierto el camino de la integración comercial, la marcha atrás se hace más difícil. Pero también porque no parece que el Gobierno del PP tenga mucha intención de hacer caso a quien ha sido hasta ahora su presidente de honor.

De hecho, desde el PP se han marcado las distancias con FAES al señalar que dicha fundación ya no forma parte del partido. Una separación que Aznar ha decido hacer aún más profunda al renunciar a la presidencia de honor de la formación conservadora tras una tensa convivencia política de quien ya no es capaz de ser una voz con capacidad de influir en el rumbo de las cosas. Aún así, su voz resulta significativa por sus relaciones con la parte más recalcitrante del exilio cubano.

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