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Obama se despide concediendo una vieja reclamación cubana

En un movimiento inesperado, el aún presidente de EE.UU., Barack Obama, ha dado un paso más en el estrechamiento de relaciones con Cuba y ha accedido a una de las viejas reclamaciones del Gobierno de la Isla: la supresión de la política de ‘pies secos, pies mojados’ que aplicaba Washington a los inmigrantes ilegales cubanos y permitía quedarse en ese país a quines tocaran tierra estadounidense. En un movimiento inesperado, el aún presidente de EE.UU., Barack Obama, ha dado un paso más en el estrechamiento de relaciones con Cuba y ha accedido a una de las viejas reclamaciones del Gobierno de la Isla: la supresión de la política de ‘pies secos, pies mojados’ que aplicaba Washington a los inmigrantes ilegales cubanos y permitía quedarse en ese país a quines tocaran tierra estadounidense.

Una política preferencial que el Gobierno cubano consideraba que incitaba a sus ciudadanos a abandonar el país caribeño y era causante de crisis migratorias. Un factor este último que ha provocado en los últimos meses más de una crisis regional por lo que esta medida había sido demandada tambén por aquellos países que se encuentran en el tránsito de las rutas irregulares de migrantes entre Cuba y EE.UU.

Por ello, la medida supone también un alivio para Donald Trump que habrá de suceder a Obama este mismo mes ya que, por su retórica incendiaria y dura contra el Gobierno de la Isla, hubiera tenido más dificultades para tomarla. Para también es un paso más que dificultará que el magnate de la construcción pueda revertir los avances que se han producido entre Cuba y EE.UU. como ha prometido.

El acuerdo suscrito entre los Gobiernos de Cuba y los EE.UU se denomina Declaración Conjunta y fue firmado en La Habana por el ministro cubano del Interior, Julio César Gandarilla, y el embajador de EE UU en Cuba, Jeffrey DeLaurentis; para posteriormente ser ratificada desde Washington en un comunicado de la Casa Blanca. Los dos países acuerdan así aplicar «sus leyes de migración y asilo a los ciudadanos de la otra parte, de manera no selectiva.

Sin embargo, otro de los puntos del acuerdo establece que EE.UU. seguirá «garantizando la migración legal» desde Cuba «con un mínimo de 20.000 personas anuales», tal y como se estableció en un acuerdo migratorio conjunto firmado en 1994.

Asimismo, se pone también fin al Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos que animba al personal cubano de Salud que colabora en terceras naciones, a abandonar sus misiones y emigrar a los EE.UU. Una noticia que se conoce en paralelo a la firma de un memorando de entendimiento para la colaboración y un convenio para la cooperación en el control, evaluación e investigación contra el cáncer entre los dos países.

Ahora, en base a dicho acuerdo, Cuba enviará médicos para trabajar en conjunto con profesionales estadounidenses en la asistencia médica a comunidades vulnerables en la ciudad de Chicago, dentro del proceso de normalización de las relaciones entre la Isla y EE.UU. Y es que la Salud es una de las áreas en la los dos países han acordado ampliar la cooperación bilateral, tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas iniciado hace dos años.

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