El presidente de Baleària, Adolfo Utor, acaba de presentar el plan estratégico de inversiones de la naviera para los próximos cinco años que destaca tanto por los 450 millones de euros que pretende destinar al objetivo de ganar en competitividad, como que pese a la magna cifra se haya caído uno de sus principales proyectos. El presidente de Baleària, Adolfo Utor, acaba de presentar el plan estratégico de inversiones de la naviera para los próximos cinco años que destaca tanto por los 450 millones de euros que pretende destinar al objetivo de ganar en competitividad, como que pese a la magna cifra se haya caído uno de sus principales proyectos.
La naviera española no mantiene el proyectos que tenía previsto realizar en Cuba ya que, según ha reconocido Utor en la rueda de prensa, están paralizados ante la ?imprevisibilidad? del presidente de EE.UU., Donald Trump. De hecho, el presidente de Baleária ha enfatizado que la política del neoyorquino es «autárquica», lo que, a su juicio, «no es el síntoma más propicio para el levantamiento total del embargo a Cuba?.
No obstante, como señala Valencia Plaza, hay que recordar que el responsable de la naviera ya mostraba el pasado septiembre sus reservas sobre la culminación de su entrada en la línea Cuba-EE.UU. por varios factores como la incertidumbre del resultado electoral en el país norteamericano, pero también porque la entrada en servicio dependía de algunas autorizaciones pendientes.
Entonces el presidente de Baleària ya había señalado que en el caso de EE.UU., la derogación de dos leyes que limitan el comercio marítimo dependería mucho de quien ganase las elecciones; pero también a propósito de la misión comercial liderada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, a Cuba, Utor admitía que tras los contactos con las autoridades de la isla había detectado que había otros proyectos prioritarios.
Ahora, pese a que Baleària seguirá desarrollando otros proyectos en el Caribe como los tráficos locales en Santo Domingo, Puerto Rico o el incremento de trafico en Bahamas; en el caso de Cuba las palabras de Utor han sido bastante revledadoras y con poco margen para el optimismo: «El tema se ha quedado parado y en algunos casos prefiero ni preguntar», señaló.
