La medida por la que el Gobierno cubano reguló el pasado 8 de febrero los precios máximos de los transportistas privados, a cargo de los famosos «almendrones», sigue trayendo consecuencias después de provocar una pequeña crisis al aumentar la escasez de transporte público en la capital del país caribeño. La medida por la que el Gobierno cubano reguló el pasado 8 de febrero los precios máximos de los transportistas privados, a cargo de los famosos «almendrones», sigue trayendo consecuencias después de provocar una pequeña crisis al aumentar la escasez de transporte público en la capital del país caribeño.
Los taxistas habaneros han disminuído sus servicios desde entonces como medida de protesta ante una medida que consideran injusta por no tener en cuenta el incremento de costes que tienen que sufrir como el mantenimiento de unos vehículos que, en gran medida, son reliquias o los precios del combustible.
Pero si esta confrontación entre el Gobierno y los «cuentapropistas» del sector del transporte ya tiene elementos sorprendentes teniendo en cuenta las peculiaridades del Gobierno de la Isla; todavía ha causado más sorpresa que el diario oficial Juventud Rebelde se haya animado a criticar la medida.
Así, el órgano perteneciente a la Unión de Jóvenes Comunistas que se autodefine como «el periódico de la juventud cubana», señala la medida como anacrónica e ineficaz ya que, a su juicio, solo tendría sentido en una sociedad más homogénea como la anterior a las medidas liberalizadoras en la que no «se entremezclen diversas expectativas e intereses».
El periódico exige también al Gobierno cubano que apueste por reforzar su «capacidad de concertación». Una petición que se puede interpretar como una señal en favor de las medidas liberalizadoras, pero también, según fuentes próximas a Radio Bemba, a que el órgano de la UJC toma parte en el conflicto de intereses entre sectores del regimen que podría existir detrás de esta crisis.
