Tras dos meses de comenzar la venta de papas por la libreta de abastecimientos, en una vuelta al racionamiento de ese producto que muchos asumieron con desagrado, los resultados parecen respaldar a quienes, por el contrario, casi aplaudieron que la oferta del demandado producto fuera controlada. Tras dos meses de comenzar la venta de papas por la libreta de abastecimientos, en una vuelta al racionamiento de ese producto que muchos asumieron con desagrado, los resultados parecen respaldar a quienes, por el contrario, casi aplaudieron que la oferta del demandado producto fuera controlada.
En febrero, cuando se distribuyeron cuatro libras (1,81 kgs.)por consumidor a un peso cubano (CUP) la libra (0,45 kgs.), fueron enormes las filas después de varios meses en que el tubérculo estuvo ausente del mercado, «pero todo el mundo pudo comprar lo que le tocaba», como aseguraban muchos.
En marzo fueron ocho libras por persona (3,62 kgs.), y las colas más cortas, aunque a la larga todos volvieron a comprar lo que le correspondía y algunos comenzaron a advertir de tenían papas en casa «hasta para hacer dulce». En abril, de nuevo las ocho libras, colmaron la capacidad de muchos, que decidieron esperar «hasta la próxima vuelta».
Entre los clientes de los mercados agropecuarios se dice ya que si el abastecimiento continúa así, «este año comeremos más papas que nunca» y saludan que «los especuladores desaparecieron del mapa», mientras se afirma que en los próximos meses las papas estarán de nuevo por la libre, «para comprar sin apuros, como debe ser».
