A pesar de las anunciadas medidas del presidente estadounidense, Donald Trump, para dar cierto giro a la política de su predecesor de acercamiento con Cuba, se sigue escuchando con frecuencia en las calles de La Habana la frase de que ?los yumas están viniendo en pandilla?, porque, sobre todo en la capital, se ven por todas partes. A pesar de las anunciadas medidas del presidente estadounidense, Donald Trump, para dar cierto giro a la política de su predecesor de acercamiento con Cuba, se sigue escuchando con frecuencia en las calles de La Habana la frase de que ?los yumas están viniendo en pandilla?, porque, sobre todo en la capital, se ven por todas partes.
Hasta el cierre de mayo ?antes del apretón de tuercas- habían visitado la isla 284.565 estadounidenses, casi la misma cantidad que durante todo 2016, que a su vez reportó un crecimiento de visitantes norteamericanos del 74 % en comparación con el año precedente. Esas cifras no incluyen a los residentes cubanos en EEUU que también han incrementado considerablemente los viajes a la isla.
Algunos afirman que ?aunque Trump apriete, seguirán viniendo, quizá no en tanta cantidad, pero suficientes como para dejar buenos dividendos en el turismo, no solo para el Estado sino también a mucha más gente, como quienes alquilan habitaciones y autos descapotables o los dueños de restaurantes, que prácticamente no dan abasto.
Y hay quienes aseguran que ?la mala propaganda también tiene sus ventajas, pues a los yumas les pintan a Cuba como un infierno, pero cuando vienen, se sienten en el paraíso, sentados hasta la madrugada en el malecón, bebiendo ron, sin que los asalten?.
