Las autoridades cubanas son conscientes de que el indetenible envejecimiento de la población del país, que en unos años será uno de los más longevos del planeta, plantea innumerables retos económicos y sociales, pero que no se trata solo de edificar más instituciones geriátricas y casas de abuelos sino de hacer la vida más placentera y activa en la tercera edad, y para ello no hay mejor medicina que hacer deportes.
Las autoridades cubanas son conscientes de que el indetenible envejecimiento de la población del país, que en unos años será uno de los más longevos del planeta, plantea innumerables retos económicos y sociales, pero que no se trata solo de edificar más instituciones geriátricas y ?casas de abuelos? sino de hacer la vida más placentera y activa en la tercera edad, y para ello no hay mejor medicina que hacer deportes.
Por eso está en marcha un programa a nivel nacional para formar especialistas y activistas que promuevan la actividad física a nivel comunitario y poner a tope los servicios de los gimnasios estatales, que suman más de 700, y también los privados, que han florecido en los últimos años y sobrepasan los 720.
La campaña insiste en promover la actividad física entre los adultos mayores, y aunque una parte de ellos participa sistemáticamente en los denominados círculos de abuelos, el empeño por ?masificar los deportes? no será muy fácil, pues la mayoría no se siente con fuerzas para doblar la cintura o hacer carreritas.
Otros concluyen simplemente en que ?eso no es cosa de viejos?, y se justifican con que ?los gimnasios privados son caros y a esos solo van los jóvenes para matar la grasa?, aunque parecen olvidar que los estatales son gratuitos y existen en casi todos los barrios.
