Aunque un ambiente gélido envuelve de nuevo las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU, al parecer los operadores de turismo, cruceros, líneas aéreas y otras entidades de la industria sin chimeneas están dispuestos a dar la batalla y mantener un negocio que en el poco tiempo que lleva desde su reapertura les ha dado buenos dividendos. Aunque un ambiente gélido envuelve de nuevo las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU, al parecer los operadores de turismo, cruceros, líneas aéreas y otras entidades de la industria sin chimeneas están dispuestos a dar la batalla y mantener un negocio que en el poco tiempo que lleva desde su reapertura les ha dado buenos dividendos.
Muchos de ellos basan su criterio en algo bien diferente a los ?ataques sónicos? supuestamente sufridos por diplomáticos estadounidenses y sus familiares en La Habana, alegados por las autoridades de Washington para dar marcha atrás a las relaciones bilaterales.
Opinan que, en cambio, la experiencia que la mayoría de los visitantes estadounidenses se llevan de Cuba es la un país donde disfrutan de seguridad y tranquilidad a toda hora y en cualquier parte, algo difícil de hallar en muchas naciones, y advierten que, hasta ahora, sus negocios continuarán porque están dentro de la legalidad.
En la isla esta posición es recibida con beneplácito tanto por el pujante sector turístico estatal como por las decenas de miles de cubanos que gestionan de manera privada negocios relacionados con este sector, y que han mostrado palpable rechazo a las más recientes medidas punitivas de Washington contra La Habana.
