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Las compañías de cruceros, beneficiadas por la nueva política de Trump

Crucero

John Kavulich, presidente del Consejo Comercial y Económico EEUU-Cuba, ha señalado en un programa de radio de la Universidad de Pensilvania que las nuevas restricciones sobre los viajes individuales a Cuba afectarán, sobre todo, a las compañías aéreas y, sin embargo, beneficiarán a los buques de crucero ya que son más adecuados para los viajes en grupo, que continúan permitidos como hasta ahora.

John Kavulich, presidente del Consejo Comercial y Económico EEUU-Cuba, ha señalado en un programa de radio de la Universidad de Pensilvania que las nuevas restricciones sobre los viajes individuales a Cuba afectarán, sobre todo, a las compañías aéreas y, sin embargo, beneficiarán a los buques de crucero ya que son más adecuados para los viajes en grupo, que continúan permitidos como hasta ahora.

Con todo el ejecutivo considera que las nuevas políticas que ha impulsado en relación a Cuba el Gobierno de Donald Trump podrían haberse evitado si los Gobiernos de Obama y Castro hubiesen realizado más cambios regulatorios entre el 17 de diciembre de 2014, fecha de anuncio del deshielo, y el 20 de enero de 2017, cuando el multimillonario magnate de la construcción se instaló en la Casa Blanca.

A juicio de Kavulich, el Gobierno Obama podría haber permitido que se hicieran más cambios regulatorios, autorizando específicamente las actividades bancarias directas y permitiendo la importación de un volumen mayor de carbón y café. Mientras que, por su parte, el Gobierno cubano podría «haber hecho más para permitir que las iniciativas del Gobierno Obama despegaran». 

Por ejemplo, permitiendo a las empresas estadounidenses vender productos directamente a los trabajadores autónomos o ‘cuentapropistas’ cubanos, lo que habría generado «un sistema tan enraizado que al Gobierno Trump le habría resultado más difícil oponerse a él?. Pese a todo, Kavulich señaló que 52 empresas estadounidenses se mantienen presentes en Cuba.

Entre ellas, entidades tan significativas como John Deere, que firmó un acuerdo para exportar tractores agrícolas; Caterpillar, cuyo distribuidor en Puerto Rico está montando un depósito y un centro de distribución en Cuba, en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZDEM); o General Electric, que estaría interesada en instalar una planta de energía hidroeléctrica en la provincia cubana de Matanzas.

Y es que, como es sabido, las nuevas regulaciones no afectarán a empresas que hubiesen firmado contratos o iniciado transacciones con Cuba antes de ser anunciadas aquellas; como tampoco a viajeros que ya comprasen sus pasajes hacia la Isla. Así las cosas, Kavulich considera que la realidad es que poco cambiará para muchas empresas estadounidenses que ya hacen negocios en la Isla.

?El Gobierno Trump ha protegido a muchas empresas estadounidenses que ya hacen negocios con entidades militares cubanas, específicamente compañías aéreas, barcos de crucero y hoteles como Marriott, por ejemplo. Por lo tanto, su impacto no será tan significativo, hay una óptica política ahí, que genera ansiedad, ¿pero hay alguna empresa estadounidense que esté obligada a dejar de hacer lo que estaba haciendo? La respuesta es no?, señaló en declaraciones al citado programa de radio.

Una valoración en la que coincidió con Gustavo Arnavat, asesor senior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de investigación de Washington, DC. Así, quien también fue representante de EE.UU. en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) durante el Gobierno de Obama inclusó definió, en declaraciones en la misma emisora, a la nueva política de su país con Cuba como ?muy positiva? al conservar muchos aspectos de la adoptada por la anterior Administración.

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