El interés del gobierno de Donald Trump por crear una ?task force? -o grupo de trabajo según la traducción escogida por Washington- para presuntamente ayudar por su cuenta a ampliar el acceso a internet en Cuba, ha sido acogido con ojeriza por el gobierno cubano, que lo considera una injerencia, mientras a nivel de calle es visto como otro paso para empeorar más las nuevamente frías relaciones entre los dos países.
El interés del gobierno de Donald Trump por crear una ?task force? -o grupo de trabajo según la traducción escogida por Washington- para presuntamente ayudar por su cuenta a ampliar el acceso a internet en Cuba, ha sido acogido con ojeriza por el gobierno cubano, que lo considera una injerencia, mientras a nivel de calle es visto como otro paso para empeorar más las nuevamente frías relaciones entre los dos países.
Las autoridades de la Isla alegan, no sin razón, que en los últimos años el país ha dado un salto en el uso de las tecnologías de la comunicación y lo fundamentan, por ejemplo, con el uso cada vez más amplio de celulares hasta alcanzar en corto tiempo casi cinco millones de líneas activas, mientras en el acceso a internet son ya más de 500 las zonas de navegación pública con tecnología inalámbrica y que en 2017 el 40% de la población accedió a la red de redes, y se amplía el servicio en los hogares.
En Radio bemba, por su lado, hay hasta quienes le restan importancia a esa controvertida iniciativa porque según advierten, será tan absurda como la radio y la televisión Martí, pues en La Habana ni se escucha la una ni se ve la otra; o que al paso en que van las reuniones, preparativos y análisis en Washington, el mencionado grupo entrará en funciones para las calendas griegas, si finalmente se hace operativo.
